Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

JUAN ENRIQUE ORTEGA Periodista y Magíster en Comunicación Social de la Universidad de Chile. Académico del Instituto de la Comunicación e Imagen de la misma casa de estudios y miembro de la ONG Eco Educación y Comunicaciones. el desarrollo de experiencias de comunicación se asocia mu- cho más a colectivos fotográficos, equipos audiovisuales y grandes “centrales” de publicación en plataformas de redes sociales. Formatos como el diseño, la ilustración y la gráfica mixta son los que hoy recorren millones de teléfonos al día. Los nuevos formatos de la comunicación hoy muchas veces eluden el escenario de “los medios” y establecen iden- tidades y referencias desde la virtualidad, ya no desde un territorio específico o una comunidad. Se trata de transmi- siones y programas que se emiten desde espacios cotidianos no lujosos y que están cumpliendo un rol educativo y libe- rador de muchas audiencias. Las diversas faunas que hoy habitan y conviven en la es- fera comunicacional alternativa participan de ejercicios de producción espontánea de formatos periodísticos hechos desde la contrahegemonía temática, de fuentes y de estilos, y construyen estrategias de circulación y masificación de mensajes, imágenes y videos. En cada una de estas apuestas se deconstruye una realidad mediática y se crea relato social con autonomía. En tiempos de Co- vid-19, los medios y plataformas alternativas, comunitarias y popu- lares son las que están denunciando la realidad de territorios que hoy no tienen cómo lavarse las manos pues la sequía y el saqueo los ha dejado sin agua; son los espacios donde las comunidades migrantes intercambian estrategias para sobrevivir al racismo y discri- minación que se instala desde las grandes esferas; son los es- pacios donde millones de mujeres intercambian estrategias para prevenir, disminuir y denunciar la violencia patriarcal en tiempos de encierro; donde se educa a los trabajadores en derechos básicos ante la crisis económica que se avecina. Los movimientos sociales y organizaciones territoriales que desde hace décadas vienen entregando discursividades, testimonios y consignas desde la experiencia profunda del neoliberalismo, usan hoy los espacios comunicacionales para dialogar y proponer un tratamiento de la información en tiempos de pandemia, uno mucho más ético, responsa- ble y solidario que el que podemos encontrar en los medios de comunicación tradicionales.  Los medios alternativos nos muestran la crisis en la salud primaria de localidades en regiones, enfrentan y desenmasca- ran falsos discursos de autoridades, organizan e informan de cadenas de ayuda y visibilizan la autogestión popular de la salud, la educación y la sobrevivencia en crisis económica. Son las radios populares las que conmemoran los seis meses de la revuelta social, los núcleos audiovisuales independien- tes los que nos muestran cómo las propias comunidades sanitizan las calles, cómo el Estado, que dejó de estar, ha sido reemplazado precariamente pero con dignidad, por estrategias solidarias y colectivas. Sin embargo, no basta con tener y sostener espacios de denuncia transversal, sino que es necesario apostar tam- bién a la construcción de nuevos espacios de interacción y reinterpretación de los discursos oficiales, con incidencia indirecta pero real en la esfera social cotidiana, ya sea de la mano de la convergencia del meme, la ilustración, el dise- ño, el podcast y la producción audiovisual. La esfera comunicacional alternativa hoy es un amplio espacio de interacción espontánea a través del que se ejer- cen nuevas estrategias discursivas, donde se pone en vitrina a nuevos sujetos sociales y se reproducen nuevas formas de ser en el mundo. Son las voces vivas de una ciudadanía que bulle bajo la opinión pública convencional, relatos de resistencia al modelo que se multiplican y resginifican a alta velocidad. En tiempos de crisis social y de pandemia sanitaria-in- formativa, a la comunicación comunitaria, alternativa y popular no le corresponde ni imitar ni adaptar los forma- tos comerciales, tampoco esforzarse por llenar los vacíos de los medios públicos ausentes en Chile. A las voces, re- latos y medios de la esfera social les corresponde subvertir los discursos oficiales, poner en duda y debatir colectiva- mente con las audiencias prosumidoras sobre horizontes políticos, culturales y también sanitarios, reformulando los sentidos de la comunicación, del periodismo y de la construcción de realidad. La comunicación comunitaria es el síntoma de un pueblo que reflexiona, dialoga y se hace preguntas sobre la realidad. Hoy es un deber colectivo sumar voces al debate y par- ticipar ya sea de la producción, circulación o resemantiza- ción de la información. La necesidad de expresar, dialogar y articular voces es demasiado profunda para dejarle la pega a los medios tradicionales. “La esfera comunicacional alternativa hoy es un amplio espacio de interacción espontánea a través del que se ejercen nuevas estrategias discursivas, donde se pone en vitrina a nuevos sujetos sociales y se reproducen nuevas formas de ser en el mundo”. 25

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