Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile
una sociedad, donde se proyecte el nivel de debates que debemos abordar. Lamentablemente, la oferta ha sido una confirmación de lo que ya es vox po- puli en nuestro país: coberturas sesgadas centradas en el Estado como actor princi- pal de la pauta. Medios esclavos de cifras que ni siquiera cuestionan, que sobreviven encadenados al morbo de la discrimina- ción por género, raza, condición social y tantas dimensiones de vulnerabilidad. El Covid-19 no sólo está demostrando la ineptitud de la clase dirigente para en- frentar la situación, sino también el silencio cómplice de un gran grupo de medios que se pone al servicio del reporteo simplista y la mediocridad informativa. Los medios de comunicación no han demostrado estar a la altura de los lineamientos éticos mínimos en un contexto de pandemia y, más aún, afirman su servil rol al sector dominante de turno. El levantamiento popular inicia- do en octubre y que se prolonga este año, reafirmó que la industria mediática nacio- nal no cumple su rol de informar de forma pluralista ni representa los intereses de la diversidad de sectores de la sociedad chilena. Hoy más que nunca hay, desde la ciudadanía, una ex- plosión de voces, de preguntas, de debates negados por años y de exigencias a actores importantes de la sociedad. Si dicho flujo discursivo no encuentra cabida en las edi- torialidades empresariales lo hará en diversos canales que hoy construyen las propias comunidades excluidas. Las esferas de comunicación alternativa hoy están bullantes por esa y muchas razones. Otra comunicación En Chile, el movimiento de comunicación popular alternativa no es nuevo, existen desde al menos cuatro dé- cadas iniciativas mediáticas y no mediáticas que desde la experimentación han abierto canales de expresión popular por donde se cuelan las voces de hombres y mujeres, ni- ños y niñas, con mensajes reales de las vivencias populares. La radio comunitaria, la televisión popular, los medios y espacios de comunicación de pueblos originarios, redes fe- ministas, migrantes, territoriales, socioambientales y de di- versos sectores pueblan hoy la oferta mediática alternativa. Sin duda, hoy, gracias al avance del acceso a Internet y múltiples herramientas de grabación, producción audiovi- sual, transmisión y circulación masiva de mensajes, la pa- rrilla desde la escena alternativa es mayor y más diversa, lo que da cuenta de audiencias no menores que no se ven representadas en los grandes medios, ni sus voces ni sus imágenes ni sus vivencias. La ausencia y debilidad de medios pú- blicos, que han sido fundamentales en las democracias modernas del mundo, nos tiene sobreviviendo a merced del merca- do de las comunicaciones, de la dictadura de los formatos, discursos e intereses que estas grandes fábricas de sentido común instalan sobre nuestra cotidianidad. No es una tarea fácil y no todos y todas somos conscientes de su envergadura. Contar, por lo tanto, con medios alternativos fuertes es una necesidad profunda de la sociedad global, necesidad que abarca la urgencia por legislar con enfoque de derecho sobre el acceso a las frecuencias y los monopolios mediáti- cos y construir opiniones públicas locales que fortalezcan el debate en los territorios, descentralizando la visión de país que hoy vemos repetida de norte a sur. La sociedad civil hoy se apropia de las comunicacio- nes no pensando en fundar medios ni levantar estructu- ras verticales, sino que se articula en roles funcionales a la concreción de objetivos comunicacionales particulares y generales. La mayoría de esos esfuerzos se divide en lógicas productivas (registro y producción de mensajes desde esfe- ras alternativas, con actores sociales comunitarios y en códi- gos coloquiales) y lógicas circulatorias donde lo principal es participar de un ejercicio viralizatorio de mensajes, imáge- nes y formatos virtuales que participan de la guerrilla diaria de la información. En cada uno de estos esfuerzos hay una constatación básica: los medios de comunicación no “nos” reflejan, no dan cuenta de voces que deberían estar. Rol de la comunicación alternativa en tiempos de infodemia Aun cuando la tradición de la comunicación alternativa en Chile ha tenido un desarrollo mayor en los formatos me- diáticos, radio, TV y prensa, desde hace más de una década "Los medios de comunicación no han demostrado estar a la altura de los lineamientos éticos mínimos en un contexto de pandemia y, más aún, afirman su servil rol al sector dominante de turno", dice Juan Enrique Ortega. 24
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