Palabra Pública N°16 2019 - Universidad de Chile

tativa, y que propone participación, sobre todo a nivel territorial, directa, a través de referéndum, plebiscitos revocatorios, etc. Desde esta perspectiva (desde otras son muy buenas), las redes sociales son nefas- tas porque dan la ilusión de estar decidiendo, de estar comunicando, de estar inte- ractuando, estamos ante una nueva forma de democracia. Siempre se ha hablado de democracia representativa, democracia participativa, de democracia deliberativa, pero yo creo que estamos ante una nueva democracia, que se llama “democracia expresiva” y no es deliberativa, donde lo que importa es lo que yo pueda decir, no el debate con el otro. En ese sentido, es antirrepresentativa. —¿Cuáles son los riesgos de creer que todo se puede resolver a través de esto que usted llama “democracia expresiva”? La pura “democracia expresiva” no sirve porque no permite gobernar. Yo decía que me hubiera gustado que las mujeres hubieran hecho un 8M por la paridad, pero eso implica que se plieguen al proceso y que entiendan que el acuerdo es un avance, pero muchas veces los movimientos sociales no quieren aceptar este tipo de cosas pues se sentirían cooptados. Con eso perdemos la posibilidad de ligar los avances del movimiento social con los avances del movimiento político. Va a haber que pensar, además, en todo lo que es la democracia a nivel territorial, donde se puede avanzar mucho. —Esta semana se dio a conocer el informe de la ONU, que al igual que el de Amnistía Internacional y el de Human Rights Watch da lapidarias conclusio- nes sobre la violación de derechos humanos en los últimos dos meses en Chile. ¿Cuáles son los riesgos de no actuar enérgicamente frente a denuncias tan graves como las que han salido a la luz? Primero, quiero nombrar la importancia en la política chilena de Michelle Bache- let. Todo lo que está pasando hoy ella ya lo puso como un tema clave en su gobierno. Además, lo que ha hecho en su cargo, en ONU, ha sido de extremada relevancia. Creo que estamos frente a un tipo de violación de derechos humanos que no viene desde el dictador, pero que sí viene del aparato del Estado. A mi juicio, el gobierno no ha entendido nada y aquí tendría que haberse dado una propuesta de reforma muy estructural de las fuerzas de orden, cosa que no ha habido. Tenemos fuerzas policiales que no saben qué hacer con esto, que están desbordadas; una fuerza policial que está desbordada no es una fuerza policial. 92

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