Palabra Pública N°16 2019 - Universidad de Chile

¿C uáles son sus reflexiones tras estas semanas de estallido social en Chile? Primero, estoy impactado por la intensidad y la variedad de las manifes- taciones y de las profundas virtudes que tienen para que Chile mejore en el futuro, e impresionado por la cara negra de la destrucción, que está dañando a la mayoría de los chilenos y mucho más a los vulnerables. La segunda reflexión es que veníamos acumulando insa- tisfacciones, con varios colegas estábamos advirtiendo hace tiempo que hay que acelerar ciertos ritmos para que Chile avance hacia el desarrollo, que implica un buen empleo, buena situación en el hogar, mejoras persistentes a través del tiempo. Esto había sucedido en alguna proporción muy positiva en algunos años desde el retorno a la democracia, pero después se había ido debilitando y hemos ido perdiendo fuerza. —El jueves 28 de noviembre, un grupo de economistas, entre los que está Roberto Zahler, Carlos Ominami, Claudia Sanhueza, Andras Uthoff y usted, entregó una serie de propuestas para potenciar la agenda social en Chile. ¿A qué tipo de medidas apunta este texto, que pone el acento en pensiones, salud y empleo? Somos un grupo de economistas de centroizquierda decididos a aportar para ayudar a que me- joremos el futuro en vez de empeorarlo. Nos hemos centrado en el crecimiento. ¿Qué significa crecimiento? Es mejorar situaciones de empleo, posibilitar el aumento de los salarios. Es un tremendo error pensar que sólo los neoliberales quieren crecimiento. Los neo- liberales han sido malazos en el crecimiento, la dictadura no dio crecimiento para la mayoría de los chilenos, dio poquito; poco con- centrado en pocos, lo que significó enriquecimiento de unos y em- pobrecimiento de la mayoría del país. —O sea, buscan que la idea del crecimiento económico no sea sólo patrimonio de la derecha. Es patrimonio de la centroizquierda: los primeros nueve años de democracia crecimos a más del doble de la velocidad de la dictadura, mejoraron los salarios, las cifras de pobreza se redujeron a la mitad. Nosotros sabemos hacer eso mucho mejor que la derecha, pero en estos últimos veinte años hemos perdido velocidad. Ampliamos el espacio de lo posible y no lo estamos aprovechando. Estamos entre- gando ciertas herramientas que debería usar la autoridad económica y que han sido entregadas al mercado. La autoridad no puede ser un súbdito de los caprichos del mercado, sobre todo cuando se trata del mercado especulativo. Un buen país no puede vivir, no puede mantenerse si está en las manos de la especulación financiera. —¿De qué manera se relaciona la especulación financiera de la que habla con las crisis del modelo neoliberal? La globalización pasa por las exportaciones, la inversión ex- tranjera crece mucho cruzando fronteras, y en los últimos 20 años lo que creció abrumadoramente fueron los flujos financieros. ¿Qué es esto? Plata de algunos entes inversionistas en Nueva York, Ca- lifornia o Londres que se comienzan a invertir en la bolsa chilena, en la bolsa argentina, etc., y entran a comprar acciones, les prestan plata a las empresas de distintos países y les compran bonos. Eso se llama flujo financiero interna- cional. El problema es que esas platas son muy volátiles, llegan a veces con mucho entusiasmo y de repente se van para otro lado. Si uno se acostumbró a esa plata, ¿qué sucede cuando no llega? El dólar se abarata porque llega la moneda extranjera, hay más importaciones de bienes de con- sumo (las platas financieras no van a la inversión productiva, van al consumo de lo importado) y lo importado no lo producimos nosotros, lo producen otros. Si uno empieza a comprar muchos “Los neoliberales han sido malazos en el crecimiento, la dictadura no dio crecimiento para la mayoría de los chilenos, dio poquito; poco concentrado en pocos, lo que significó enriquecimiento de unos y empobrecimiento de la mayoría del país”. 52

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