Palabra Pública N°16 2019 - Universidad de Chile

esto explote es porque se llega a la conclusión de que esta recupe- ración ha sido una formalidad. Ha habido una falta de democrati- zación y eso se sintió, porque hubo mucho encubrimiento. El desarrollo cultural de este período también tiene implicancias importantes: la entrada a un mundo que yo desconozco, que es el virtual y que ha jugado un rol fundamental. Creo que ha sido el hilo del movimiento, de estas manifesta- ciones de atroz descontento. —Así como internet ha sido clave para la comunicación entre los manifestantes, se ha visibilizado a aquellos que están en la primera línea, arriesgando su integridad físi- ca. ¿Cómo observas la organización que ha existido en estas semanas de movilizaciones tras el 18 de octubre? No solamente en las manifesta- ciones, también en las poblaciones. En todos los estallidos sociales los que le ponen el pecho a las balas son siempre los que están dispuestos a dar todo y por lo general no suelen reci- bir nada. Quien se pone en la primera línea es alguien que está dispuesto a entregar su vida. Pienso que esta es una sociedad que tiene que entrar en diálogo. Lo que ocurrió durante la primera semana no puede seguir ocu- rriendo durante cinco meses. Estoy en contra de lo que siento es el espí- ritu de esta época: la desintegración. Si no estuviera relacionada con la pa- labra quizás estaría pensando en otra cosa, pero como estoy acá y la palabra siempre es dialógica, tomo distancia. —En tiempos como estos suele hablarse de la responsabilidad del escritor bajo la idea del “sujeto pú- blico”. ¿Cuál debiese ser, a tu juicio, la labor de las escritoras y escritores en la actual crisis? Creo que tenemos que ser más ciudadanos que nadie. Es un gran momento, en el sentido de que te- nemos que buscar un lenguaje para todos, porque una Carta Fundamen- tal es eso. La sociedad tiene muchas necesidades, incluso contrapuestas, pero la palabra tiene que hacer evi- dente que hay ciertos intereses que nos deben pertenecer a todos y otros que son demasiado individuales para que los carguemos. —¿Crees que el movimiento social que estamos viviendo podría afectar una escritura “política” a futuro? Creo que es imposible pasar de largo. Para mi generación la escritu- ra es algo que emana de un incons- ciente y es oscuro. No se puede go- bernar. Al momento de la escritura el inconsciente tiene que hablar y sabe de nuestras barbaries, impos- turas, renuncias morales, claudica- ciones políticas. Uno racionalmente puede ahogarlo. A veces vemos es- crituras que son planas, porque son muy voluntarias. Han querido lle- var una tesis. Hoy es importante la escritura de registro, la escritura im- presionista, que son diversas codifi- caciones de lo que está ocurriendo. Sobre todo es esencial reivindicar la libertad de expresión. —En tu ensayo “Este país” (2009) te refieres al olvido de la identidad indígena en Chile y das cuenta del reclamo de autonomía enWallmapu. Algo que ha llamado la atención en este estallido es que se han levantado banderas mapu- che como símbolo de resistencia. ¿Crees que el proceso que se ini- cia en abril pudiese dar oportunidad a generar una Constitución plurinacional? Creo que esta es la última oportu- nidad de reconocer ese fundamento que son los pueblos precolombinos. Esa sabiduría no-occidental puede llegar a salvarnos de la hecatombe de una economía extractiva que signi- fica arrasar la naturaleza. En cuanto al pueblo mapuche, que ha avanzado muchísimo en organización política y cultural, que habla ya de territoria- lidad y autonomía, es necesario ir a un diálogo más profundo y hacer, por fin, de Chile un país plurinacional con participación activa mapuche. —En octubre estuviste en el Festival Panza de Oro, Bolivia. Actualmente ese país atraviesa un proceso complejo tras el golpe de Estado al gobierno de Evo Morales. En Colombia actualmente tienen toque de queda. ¿Cómo observas el clima de descontento con los go- biernos latinoamericanos? Bueno, hemos vivido todo este tiempo bajo el yugo del neoliberalis- mo. Es un modelo que sencillamente estalló, porque ya no puede seguir so- metiendo más a las sociedades. Ayer vi un rayado que me puso la carne de gallina, con pintura roja decía "Cón- dor" y me remitió al Plan Cóndor. Bolivia es un pueblo que tiene más experiencia política que el nuestro. Cuando estuve allá un chico me dijo "Has conocido Bolivia antes de". Para ellos no era ninguna sorpresa lo que iba a ocurrir, pero tenían la angustia de ver que nuevamente esa sociedad se les iba a desarmar. Saben lo que significa. Nuestra Latinoamérica está en un momento de mucho hervor y es vital poder encontrar salidas que pongan justicia. Lo único que puede calmar algo es la justicia. “Tenemos que buscar un lenguaje para todos, porque una Carta Fundamental es eso. La sociedad tiene muchas necesidades, incluso contrapuestas, pero la palabra tiene que hacer evidente que hay ciertos intereses que nos deben pertenecer a todos”. 30

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