Palabra Pública N°16 2019 - Universidad de Chile

A lo que ocurre en Chile yo le he llamado “neolibera- lismo avanzado” para compararlo con el caso brasileño y argentino, que son las otras dos analogías que utilizo en el libro, pero prácticamente no tiene equivalente universal. Hay dos ciclos de privatizaciones que se realizan en Chile: el primero es más o menos común a diferentes países, que corresponde al remate de las grandes empresas estatales, y es lo que relata María Olivia Mönckeberg en su libro El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno . Eso ocurre en Chile en la segunda mitad de los años 70. Pero a partir del inicio de los años 80, años 81, 82, lo que empieza es la privatización de los servicios sociales, y eso no lo encuentras replicado, en la intensidad de la expe- riencia chilena, casi en ninguna parte. Bush hijo no quiso instalarla en Estados Unidos y Menem quiso establecerla en Argentina y tuvo que echarla para atrás a mediados de los años 90. Ha sido irreplicable en otras partes. Cuando tú privatizas eso, privatizas las condiciones de reproducción social de las personas: el individuo chileno tiene privatiza- das sus condiciones de reproducción social a un nivel que prácticamente no existe en otras partes del mundo. Priva- tizar significa volver mercancía algo que no lo era antes, convertir en mercancía la salud, las pensiones, la educación. Ahí tienes un individuo que ha ido perdiendo más sobera- nía sobre su propia vida en nombre de la libertad, la liber- tad prometida, que es una libertad simplemente mercantil. —Y un mercado donde, como lo has señalado, no hay competencia, ya que las empresas que ofrecen estos servicios, que ya no son derechos, están subsidiadas por el Estado. Y donde tienen condiciones monopólicas de explota- ción. Una clínica privada “x” obtiene la concesión de tal o cual patología y no compite con nadie más. La paradoja de eso es que está fuera del capitalismo, de la doctrina neoli- beral, entonces se empieza a convertir en una suerte, diría yo, de burguesía norcoreana, porque a lo que se le tiene miedo es a la competencia y, por lo mismo, se protegen estos nichos de acumulación regulados por el Estado, lo que es una especie de capitalismo de servicio público. Por supuesto, esta no es la realidad de todos los empresarios, hay otras empresas que viven en el mundo de la competen- cia, sencillamente. —El rol de la izquierda, que ha estado dividida de cara a este acuerdo, ha sido bastante criticado. ¿Por qué dirías tú que es tan difícil encontrar puntos en común dentro de la oposición? Creo que la izquierda chilena es parte de esa esfera po- lítica que está anonadada, como hablábamos al comienzo, que ha sido superada de alguna manera por esta rebelión de las masas. Aquí se reflejan varias décadas de derrotas, la dificultad de poder reaccionar de una manera más o menos 23

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