Palabra Pública N°15 2019 - Universidad de Chile

n la Con- v e n c i ó n Nacional Re- publicana de 2016, Donald Trump pintó a Estados Unidos como un país en estado de guerra afirmando que el crimen esta- ba descontrolado. Tras la intervención del candidato, la presentadora de CNN Alisyn Camerota discutió con el republicano Newt Gingrich sobre el enfoque alarmista: los da- tos muestran una sostenida disminución de los crímenes violentos en ese país y Came- rota se lo hizo ver al exportavoz de la cáma- ra de representantes. El diálogo, áspero, fue más o menos así: —Gingrich: El estadounidense promedio no cree que el crimen haya disminuido, no cree estar más seguro. —Camerota: Pero ESTAMOS más seguros y (el crimen) ha disminuido —dice, citando los datos sobre criminalidad del FBI. —Gingrich: No. Ese es su punto de vista. —Camerota: ¡Es un hecho! —responde, destacando que el bureau no es, precisa- mente, “una organización liberal, sino que la oficina que combate el crimen”. —Gingrich: Lo que digo también es un he- cho (…). Los liberales tienen todo un con- junto de estadísticas que, en teoría, puede que sean correctas, pero los seres humanos no son estadísticas. La gente está asustada y siente que su gobierno la ha abandonado... La gente tiene esa sensación… —Camerota: Sí, sí, la tienen, pero los he- chos no la avalan. —Gingrich: Como candidato que soy, me atengo a lo que la gente siente. Le dejo a usted con los teóricos. El episodio es citado por Michiko Kakutani en su libro La muerte de la verdad. Notas sobre la falsedad en la era Trump, un ensayo dedicado a “to- dos los periodistas que trabajan, en todas partes, para llevar la noticia”. Kakutani fue durante tres décadas y hasta 2017 la editora de crítica de libros en The New York Times. Es calificada como “una leyenda”, “la mujer más temida en el mundo editorial” y como la crítica literaria más influyen- te, poderosa y temeraria en Estados Unidos. Se le atribuye un rol clave en impulsar carreras de escritores como Zadie Smith, David Foster Wallace o George Saunders, y ha criticado implacablemente libros de autores consa- grados como Susan Sontag, Norman Mailer o John Updike. En su primera incursión como autora, Kakutani discute lo que llama “estos asaltos a la verdad” que, por cierto, son un fenómeno global: “En todo el mundo se han producido oleadas de populismo y fundamentalis- mo que están provocando reacciones de miedo y de terror, anteponiendo estos al debate razonado, erosionando las instituciones democráticas y sus- tituyendo la experiencia y el conocimiento por la sabiduría de la turba”. ¿Le suena familiar? ¿Le parece conocida la estrategia de minar oficial- mente… los datos producidos oficialmente? El 19 de marzo de 2019, la ministra secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez, era una de las invitadas al programa Mesa Central, de Tele13 Radio. Estaba ahí para de- fender la propuesta del gobierno de ampliar las atribuciones policiales y permitir el control de identidad de adolescentes desde los 14 años. Ante las diversas y fundadas críticas de académicos que llevan años investigando el papel de las policías y la efectivi- dad de este tipo de medidas, Pérez dijo: “Muchas veces los argumentos académicos no logran ver la reali- dad. No logran ver lo que siente un vecino de un barrio en Lo Espejo, de La Pintana, en La Florida, en Puente Alto, en Calama, en Ercilla o en Cañete. Y eso significa que no logran sintonizar con lo que están sufriendo las familias chilenas”. El ensayo de Kakutani puede ser leído y criticado al menos en dos dimensiones: en primer lugar, es una detallada cuenta del estado de la cultura política estadounidense contemporánea y un condensado resumen de los estudios sobre opi- nión pública, producidos en y so- bre la división política en Estados Unidos, incluyendo investigaciones sobre el rol del ecosistema digital en promover una esfera pública hiperfragmentada. En este nivel, el ensayo es valioso pues provee una síntesis de los dichos y prácticas de Donald Trump y de su corte torciendo los hechos, la historia y el lenguaje como presidente número 45 del país del norte y de la enorme producción pe- riodística y académica en torno a ello. Ahí radica, en parte, su fortaleza. Pero de esa fortaleza también arranca su debilidad: un trumpcentris- mo y una defensa más bien cerrada a una tradición liberal ideal en la cual encontraríamos las raíces de una sociedad racional, democrática y de progreso. Lo que Habermas ha llamado el proyecto inconcluso de la mo- dernidad. En otras palabras, la cojera del ensayo radica en la, digamos, cándida mirada para enfatizar el papel de Trump, Putin, el Brexit, in- “Denunciar la manipulación y la propaganda debe seguir siendo un objetivo político de nuestros tiempos. Es imperativo desnaturalizar la mentira como estrategia política sistemática”. 23

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