Palabra Pública N°14 2019 - Universidad de Chile

cipatorias, sino también en otros ámbitos. Baste, por ahora, un ejemplo de la historia de la literatura, donde la presencia de la mujer es ínfima, sólo algu- nos nombres desperdigados, cuya concurrencia se debe, en gran medida, a su posición de clase, a su pertenencia a la elite. Esto incidió directamente en la asignación de un tipo de escritura “femenina”; es decir, apegada a las convenciones impuestas desde lo patriarcal: sensible, sentimental, pasiva. En líneas gruesas, el volumen expone, a través de siete extensos capítulos, el contexto, en el que imperaba la pauperización de grandes sectores so- ciales, el ideario anarquista, los modos en que éste se difunde, el modo en que las mujeres toman con- ciencia de su lugar subalterno, su deseo de emanci- pación y la necesidad de operar desde el colectivis- mo. Esto último permitió dar una fuerza inédita a la sindicalización de las trabajadoras, un mecanismo fundamental para exigir mejoras salariales y dere- chos de género. Si bien el eje de atención del libro es la mu- jer, el autor también elabora una genealogía de las ideologías emergentes y dominantes de la época. Posteriormente, configura las ideas anarquistas como parte de una cultura orientada a un cam- bio de mentalidad que “debía partir del individuo mismo y sus prácticas cotidianas”. El anarquismo, de tal manera, se convertía en el gran impulsor del movimiento de emancipación de las mujeres obreras propiciando la existencia de diversas pla- taformas donde la mujer pudiera dar a conocer su pensamiento: “centros sociales y culturales, perió- dicos, generación de un circuito de conferencias abocado al tema de la mujer”. Los tiempos de cambio augurados en este con- vulsionado período, 1890-1930, terminaron siendo aplastados por la hegemonía patriarcal, reorientada a confinar a la mujer al espacio de lo no discursivo, acrítico e individualista. Por lo mismo, el trabajo de Lagos da pie para preguntarse cómo operaron y cómo operan las prácticas de silenciamiento, quié- “El libro da pie para preguntarse cómo operaron y cómo operan las prácticas de silenciamiento, quiénes son sus agentes y cómo terminan por convertirse en un pilar fundamental en la historia de exclusión y subordinación del sujeto femenino”. nes son sus agentes y cómo terminan por convertir- se en un pilar fundamental en la historia de exclu- sión y subordinación del sujeto femenino. El solo hecho de inscribir en la historia a muje- res anónimas es en sí un tremendo mérito. Resulta imposible no sorprenderse ante la enorme cantidad de publicaciones, acontecimientos y nombres de mujeres que esta investigación convoca, haciendo frente al enorme silencio al que fueron relegadas, una forma de violencia que ha tenido efectos perdu- rables en la lucha por la emancipación de la mujer. A esto habría que sumar un segundo acierto de La- gos Mieres: vincular lucha feminista con anarquis- mo y movimiento obrero. Este tramo del pasado, denominado por el investigador como “gesta his- tórica”, designación que comparto plenamente, es narrado con entusiasmo y solidez argumental, insis- tiendo en otorgar a las mujeres el lugar de “protago- nistas de nuestra historia social”, dispuestas a luchar en diversos frentes “tal cual que su par masculino”. Este libro, además, es tremendamente generoso, ya que abre puertas e invita a investigadores de diver- sas áreas a continuar desarrollando esta genealogía, necesaria no sólo para completar una historia de si- lenciamientos, sino para confirmar que la rebeldía de las mujeres no solamente tiene un presente, sino una larga y dolorosa historia de luchas, plagada de nombres anónimos, no pertenecientes a las elites, que es necesario reivindicar. 19

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