Palabra Pública - N°13 2019 - Universidad de Chile

A inicios de los 90, la Policía de Investigaciones creó una pequeña unidad para rastrear y perseguir a civiles y militares involucrados en crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. La periodista Pascale Bonnefoy reconstruye en su último libro, Cazar al cazador , la historia del grupo que capturó a Manuel Contreras, Osvaldo Romo y Eugenio Berríos, entre otros. Un relato desconocido y fascinante sobre la transición chilena. POR DIEGO ZÚÑIGA FOTOS: ALEJANDRO HOPPE Y ALEJANDRA FUENZALIDA LOS DETECTIVES SALVAJES E staban nerviosos. Llovía torrencialmente cuando llegaron a Puerto Montt ese 17 de septiem- bre de 1991. Tenían una misión: detener al entonces general en retiro Ma- nuel Contreras, el Mamo, el exdirector de la DINA que en ese momento —cuando recién empezaba la transición— aún tenía mucho poder. Por eso estaban nerviosos. Eran un grupo de detectives de la Brigada de Homicidios a quienes esa misma mañana les habían informado del operativo: debían viajar a Puerto Montt y ahí tomar un auto hasta llegar al fundo de Contreras, en Fresia, a unos 70 kilómetros. La Justicia lo buscaba por el asesinato del excanciller Orlando Letelier. Pero llegar allá no iba a ser fácil. El camino estaba lleno de informantes, por lo que esa noche tuvieron que maniobrar con sumo cuidado para sólo confirmar que Contreras estaba ahí, en su casa. La detención sería al día siguiente. Pero de eso —de los detalles de aquella operación—, la prensa de la época no informaría mayormente. Iba a ocurrir todo en silencio, un silencio incómodo que se produjo desde el momento en que esa mañana del 18 de septiembre de 1991 los detectives entraron al fundo escoltados por militares con fusiles AKA —hombres en- 10

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