Palabra Pública - N°11 2018 - Universidad de Chile
de una transición inconclusa. Referir a mujer y/o género hoy implica asumir la diferencia radical entre lo femenino y el feminismo interseccional, entre ser sujetos u objetos de políticas públicas, entre neoli- beralismo y democracia, en una situación epocal de neocolonialidad. En el contexto del binominalismo pactado, la transición democrática se dio de espaldas a los movimientos estudiantiles, a las feministas ra- dicales, a los movimientos sociales y a aquellos con- siderados de “ultraizquierda”, con la consiguiente lucha permanente de esos sectores por incidir en las coyunturas políticas más allá de las “cocinas” legis- lativas. Para 1995, el Parlamento, que aún contaba con senadores designados, llegaría a votar por ma- yoría la censura del vocablo “género” en los docu- mentos que la Ministra Josefina Bilbao llevaría a la Conferencia en Beijing. Sin duda, los movimientos sociales y los partidos excluidos han protagonizado procesos democratizadores desde las calles, sindica- tos e instituciones, impulsando legislación a favor del divorcio, la despenalización de la sodomía, unio- nes civiles, leyes contra la violencia intrafamiliar (no de género), planes laborales de igualdad y despena- lización del aborto en tres causales. Mayo de 2018 repolitiza el propio concepto de género, que se había venido sumando a otras estrategias de gatopardismo y autocensura para eludir hablar directamente de patriarcado, machismo o extractivismo, pero tam- bién de clase, raza, colonialidad o imperio. El triun- fo del No fue indudablemente generado por amplias y diversas actorías democratizadoras, que no siem- pre han sido representadas a nivel gubernamental. El largo camino de blanqueo e impunidad frente al exterminio dictatorial resurge una y otra vez como situación inconclusa, como retorno de lo reprimido a niveles macro y microestructurales. El segundo gobierno de Michelle Bachelet propug- nó reformas estructurales como el fin al binominal, la reforma tributaria o el derecho universal a la edu- cación. Pero esas reformas, instaladas desde nuevas subjetividades democratizadoras, no siempre concita- ron amplio respaldo al interior del propio gobierno; redundaron en diseños deficitarios que finalmente fa- vorecieron la elección del actual gobierno de derecha. La despenalización parcial del aborto en tres causales aguarda convertirse en pleno derecho reproductivo -aborto libre, gratuito y de calidad- a partir de más amplias subjetividades y actorías democratizadoras, capaces de nuclearse en torno a objetivos prioritarios colectiva y participativamente acordados. La enorme desigualdad estructural en Chile afecta particularmente a las mujeres y a los sectores más pobres, en la medida en que la reproducción de la especie y la reproducción de la fuerza de trabajo re- miten a la maternidad obligatoria, a dobles y triples jornadas de trabajo y a mermas crecientes del tiempo para sí . Hoy, cuando casi el 50% de las mujeres se ha incorporado a la fuerza laboral, todavía sorpren- de que perciban el 65% del salario de los varones. De gran impacto para un sistema de sexo género contrahegemónico es el matrimonio igualitario y un sistema nacional de cuidado, que permita des- mantelar el binarismo excluyente entre lo privado y lo público, entre la producción y la reproducción, entre la reproducción y la creación artístico-cultural. El neoliberalismo se plantea ajeno al trabajo cultural y al pensamiento crítico. Pendiente queda la capaci- dad colectiva de convocar a una Asamblea Consti- tuyente que posibilite construir colectivamente una nueva Constitución desde las y los nuevos sujetos. Imagino una carta de navegación estratégica que asegure el tránsito desde el Estado subsidiario im- puesto durante la dictadura y prolongado desde el No hasta ahora, hacia un Estado garante de dere- chos, con igualdades sustanciales y no meramente formales para la ciudadanía toda. Los feminismos interseccionales insertos en los movimientos sociales y el Parlamento, desde las casas y las calles, desde imaginarios plurales y dialógicos han delineado los mapas. El viaje desde los sufragios activos y las iden- tidades a las reapropiaciones materiales y simbólicas recién comienza. P.57 Dossier / Nº11 2018 / P.P.
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