Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile
Justicia Espada no sólo tenía un nombre peculiar sino también una familia y entorno inusuales. José Acu- ña, constructor civil de profesión, no creía en las diferencias entre hombres y mujeres, por lo que siempre se pre- ocupó de tratar de la misma manera a sus nueve hijos e hijas. Quería que sus hijas se pudiesen valer por sí mismas y que fueran capaces de superar los múltiples prejuicios que la sociedad de la época les imponía. Justicia Espada tomó las enseñanzas de su padre y las hizo su filosofía de vida. Cuando terminó sus estudios secundarios en el Liceo de Aplica- ción, mixto en ese entonces, entró a estudiar Pedagogía en Matemáti- cas en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sin embargo, se dio cuenta de que no era exacta- mente lo que quería y decidió cam- biarse a la carrera de Ingeniería Civil en la misma Casa de Estudios. Era una decisión valiente y arriesgada. Cuando comenzó en 1913 era la única mujer de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáti- cas. Era tan masculino el campus que ni siquiera había un baño para mujeres en el lugar. Entre sus compañeros de generación estaba Jorge Rodríguez Alessandri, futuro presidente de Chile. Su llegada causó gran impresión en la comunidad universitaria, tanto que el Centro de Estudiantes de Ingeniería le dedicó pa- labras de bienvenida a su ingreso en la Revista Enerjía: “Llegó un momento en que una mujer, haciendo caso omiso a los pre- juicios y añejeces y no llevando más armas que su cerebro y su LA CHILE EN LA HISTORIA DE CHILE Justicia Espada Acuña Mena 1 8 9 3 – 1 9 8 0 Texto: Sofía Brinck Imagen: Gentileza Familia de Justicia Acuña. Iluminación digital: Andrea Durán, Unidad Gráfica Digital, Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile carácter indomable, decidió estudiar ingeniería; se presentó a bachillerato, siendo ahí distinguida y continúa ahora como alumna de la Escuela, haciendo así que el año 1913 haga época en la historia de la enseñanza de la mujer en Chile”. Seis años más tarde, y sin reprobar ningún ramo, se tituló de ingeniera civil con la memoria “Proyecto de Re- sistencia de Materiales”, lo que la con- virtió en la primera mujer en Chile y en Sudamérica en alcanzar este logro. Sin embargo, este hito no fue repli- cado inmediatamente por otras mu- jeres: recién en 1933 Justicia contaría con otra colega, Rosario Jaques Barra. Tendrían que pasar años para que las mujeres conformaran recién el 1 por ciento del estudiantado de la Facul- tad y varias décadas más para que su ingreso a las carreras de ingeniería se volviese estable. Luego de salir de la universidad, Justicia Acuña entró a traba- jar en la Empresa de Ferrocarriles del Estado como calculista del Departamento de Vías y Obras, lugar donde se jubilaría en 1954. Paralelamente, se casó con quien había sido su compa- ñero en la Universidad, Alfredo Gajardo Contreras, con quien tuvo siete hijos. Tras su muerte, el Colegio de Ingenieros de Chile le rindió ho- menaje incluyendo su retrato en la Galería de Ingenieros Ilus- tres. Asimismo, desde 1991 el Instituto de Ingenieros de Chile otorga el Premio Justicia Acuña cada dos años a una ingeniera civil que haya destacado en el campo de su profesión.
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