Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

lidad actual, algo comprensible en medio de la seducción y el miedo”, asegura. Eliminar ciertas obras, es, para Lina Meruane, una solución fácil, “pero no una solución que eduque críticamente a los jóvenes lectores en términos de géne- ro”. A su juicio, es importante examinar y problematizar la representación de gé- nero que producen. -Preguntarse, por ejemplo, por qué los personajes femeninos son objetos codi- ciados o silenciados en vez de sujetos, por qué nunca tienen profundidad sico- lógica o agencia, por qué cuando trans- greden las normas de su época los auto- res las destinan a una muerte horrenda al final de las novelas, y pensar también en los valores de la época, en el contexto de producción y de recepción no para “ex- plicar” o “justificar” esas obras sino para entender -para que los estudiantes vean- que cierta escritura ha podido ser vocera de las ideas de su época y que por eso, además de su valor estético, han podido permanecer en el tiempo. Y por qué la li- teratura más desafiante, la que cuestiona esas premisas socialmente valoradas, le ha costado más- asegura Meruane. “Hay que estudiar en profundidad la recepción social que tuvo el machismo con innumerables iconos de virilidad, sagacidad y conquista amorosa, su gran logro, como ejemplo de una cultura amatoria”, dice Elvira Hernández, para así entender cómo desde ahí se constru- yó una escala de valores que permea el desarrollo de la humanidad. La poeta magallánica Ivonne Coñuecar cree que es el lector quien debe juzgar. “Por ejemplo, a mi parecer no hay obra que atente más contra los derechos huma- nos que la Biblia, y ahí está, aún da vueltas, y es uno de los libros más difundidos”. - Son obras que no hay que descartarlas ni proscribirlas -no vayamos a la quema de libros- sino a inaugurar para ellas nuevos momentos de lectura en este espacio de- constructivo y común ya, del larguísimo tiempo de la masculinidad que hoy deja ver la trizadura de la universalidad del con- cepto hombre. Los y las estudiantes no se pueden privar de nada- indica Hernández. A Meruane le parece importante cambiar la respuesta a tales textos: “pensar no en qué se lee sino en cómo se lee. Esto es edu- car de manera crítica, no recurriendo a la censura sino a la activación de maneras de leer y de pensar que permitan no sólo en- tender lo que hacen determinadas novelas o poemas sino también las narrativas so- ciales en las que vivimos inmersos y, a ve- ces, un poco ciegos”. Pía Barros se inclina por la opción de la lectura dirigida e infor- mada. “A mí no me parece que los niños tengan que pasar Mi Lucha de Hitler en el colegio. Todo aquello que incite al odio, a discriminación, todo aquello que vaya en contra de los derechos humanos no debiera pasarse en un colegio sin supervi- sión y sin discusión. Pero yo creo que las personas tienen que tomar sus decisiones y crear opinión informada, es un modo de educar”. A su juicio, la lectura supervisa- da y dirigida es clave: “Yo aprendí mucho con esa lectura supervisada, además por mi capacidad de ir en contra siempre de lo que me estaban enseñando. Mi capaci- dad argumentativa vino también con ese tipo de lecturas”. En ese sentido, para Naomi Orellana el rol de los educadores es de gran re- levancia. “Hay que considerar cómo planteamos desde el discurso la idea de dejar de considerar ciertas obras que a muchas educadoras y educadores ya no les hacen sentido, porque se dan cuenta de que no son lo mejor que le pueden entregar a una joven de estos tiempos o bien les parece responsable dejar de desarrollar el gusto y el hábito de la lec- tura con obras que estetizan el abuso de poder. Me gusta la idea de incitar a los profesores a buscar y proponer en sus clases, sin remordimientos, escrituras más frescas y emancipadoras”. “(Fuguet) tuvo muchas oportunidades, educación suficiente y tiempo para cuestionar ese texto y no lo hizo, estamos hablando de una obra publicada el 2017”, asegura Naomi Orellana. Según Elvira Hernández, “es probable que muchos sientan en la ficción que la violación de una mujer los engrandece y hace innegable el poder viril”. P.43 Nº10 2018 / P.P.

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