Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

rencia es el resultado del abandono de toda negatividad, de toda diferencia, de toda oposición. La sociedad de la trans- parencia es un infierno de lo igual en el que, siguiendo a Lévinas, cualquier cosa equivale a cualquier cosa . Producto de esta transparencia, la espontaneidad que podría caberle a los actos humanos se difumina en operaciones calculables, di- rigibles y homogéneas, como informa- ción circulante en el flujo inextinguible del capital. En esta uniformización de las singularidades se hace visible para Han el rasgo totalitario de nuestra sociedad ( La sociedad de la transparencia ). El personaje central de esta sociedad es el sujeto de rendimiento, que está mar- cado por la exigencia de autosuficiencia, por el ideal de proyecto propio ( Psico- política. Neoliberalismo y nuevas técni- cas de poder ). La imagen contemporá- nea del sujeto del rendimiento es una modulación de la existencia subrogada que, al comienzo, se vislumbró tras la caracterización del Dasein heideggeria- no . Este sujeto del rendimiento -como diría Arendt- es incapaz de actuar, está sujeto a maximizar, obedecer y sobrevi- vir. Como buen esclavo que es ( somos ), este sujeto del rendimiento se pone a disposición y en co-respondencia con esta sociedad, se diluye como todo lo que es superfluo, se deja llevar en una existencia indiferente. Una de las cuestiones más paradójicas que plantea Han es que este sujeto del rendi- miento se siente libre, libre para producir, rendir, optimizar. Es su propio yo como proyecto el que se somete a coerciones in- ternas bajo la forma de una coacción libre hacia el rendimiento y la optimización. A esta coerción interna se refiere la técnica de poder que el autor llama psicopolítica . El sujeto del rendimiento es un esclavo absoluto, encarna la autoexplotación voluntaria que “elige” su esclavitud. Res- ponde al ideal de autosuficiencia que el neoliberalismo le susurra desde dentro; logrando que en el trabajador se hagan indistinguibles amo y esclavo, capitalista y proletario, empresario y ejecutivo, en la figura del emprendedor. Gracias a esta indistinción, todo conflic- to del sistema económico que le podría oprimir desde fuera, como en el esquema del marxismo clásico, se traduce en una lucha interna contra sí mismo. Para Han, “En el régimen neoliberal de la autoexplota- ción uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explo- tado en revolucionario, sino en depresivo” . (Han, 2014:10) De esta manera, para el autor la autoex- plotación termina enfermando a estos sujetos del rendimiento. Instala de hecho una nueva época: la de las enfermeda- des neuronales que se hacen masivas y paradigmáticas. La depresión, trastorno de personalidad límite, déficit atencio- nal con hiperactividad, los síndromes de desgaste ocupacional, etc. Es decir, más allá de la sociedad disciplinaria de Fou- cault, en la sociedad del rendimiento el exceso de positividad, la hiperatención, la histeria del trabajo, la hiperactividad, reflejan una forma superior y sofisticada de dominación y explotación: cada cual lleva consigo su propio campo de tra- bajos forzados, cada cual se explota a sí mismo, haciendo posible la explotación sin dominio. Así, la tonalidad afectiva del neoliberalis- mo es la depresión, esta vez mediante el imperativo de la iniciativa personal. Bajo el sino del rendimiento, el sujeto sufre -de modo silente- su fracaso. Esto es lo que “No es sólo el estilo de Han el que conecta con la calle y la experiencia. Son los temas de sus libros, los problemas que aborda, los que, siguiendo a Giannini, pueden calificarse de completamente callejeros y contemporáneos”. P.28 P.P. / Nº10 2018

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