Palabra Pública - N°10 2018 - Universidad de Chile

A través de la ilustración animada sobre la línea de bús- queda que Google presenta cada día en su página principal, creada por la artista Alyssa Winans, la Universidad de Chile homenajeó el pasado 25 de junio a Eloísa Díaz Insunza en su natalicio. Ella, al graduarse de nuestra Escuela de Medici- na pasó a ser la primera médica cirujana del país y América Latina. Así toda la comunidad hispanoparlante en el mundo supo de su hazaña: completar la educación universitaria siete décadas antes de que las mujeres chilenas consiguieran el voto. El sistema universitario público también evolucionó desde el ingreso de Eloísa Díaz a nuestras aulas, en especial, su vínculo con el Estado que resultó fundamental para la construcción del espacio público. El rol gravitante cumplido por la Univer- sidad de Chile en áreas tan diversas como salud, educación, cuestiones políticas como el voto femenino, desarrollo tec- nológico, humanidades, sobrepasan con creces el aporte que convencionalmente los países esperan de sus universidades. La trayectoria profesional de la doctora Eloísa Díaz grafica ese rol a través de su participación en hitos como la creación del Ser- vicio Médico Escolar de Chile y el establecimiento de políticas como el desayuno escolar obligatorio. Los cambios conceptuales y estructurales al sistema univer- sitario impuestos en 1981 proponían reemplazar el sentido mismo de la educación superior y su enlace con el país. La voluntad de realización personal mediante el servicio públi- co se reemplazaría por el interés pecuniario individualista; la colaboración y complementariedad entre instituciones se reemplazaría por la rivalidad y la competencia. Este nuevo sistema no sólo ha resultado contrario a nuestros valores, sino que ha fracasado en su realización práctica. Gracias a la fuerza y tenacidad con que muchos confronta- mos este sistema, desde el 5 de junio recién pasado se en- cuentra en vigencia la nueva Ley de Universidades Estata- les. El trabajo y la unidad de las comunidades universitarias estatales permitió generar un conjunto de propuestas que lograron dialogar, convencer y vencer. El ejemplo de debate y propuesta que en unidad dieron las universidades estatales para revertir una situación injusta y nociva debe perdurar. La desconfianza y la descalificación no deben ser las actitudes predominantes en el debate po- lítico institucional, pues eso conlleva una muy peligrosa desafección por este. Las universidades estatales deberán seguir constituyendo espacios por excelencia donde se en- cuentra, dialoga y cohesiona la sociedad. La causa feminista no sólo traerá justicia y atenuará la des- igualdad de género hoy imperante, sino que hará que nues- tra sociedad sea más plena, civilizada y democrática para todos sus ciudadanos. Debemos, sin embargo, reflexionar por qué los estudiantes de nuestras universidades, un gru- po escogido de nuestra juventud, consideraron que una causa tan justa y que generaba tanto apoyo necesitaba de tomas y paros para ser aceptada. La incorporación de la juventud a conversaciones que in- tegren a todo el país es una necesidad impostergable. Una parte del problema es ofrecer tribunas válidas para el inter- cambio honesto de ideas en un clima de respeto, tolerancia y rigurosidad. Esperamos que nuestra Palabra Pública, que a partir de este número amplía su dominio de circulación, contribuya a satisfacer este anhelo. Editorial LA UNIVERSIDAD, POR SOBRE TODO UN ESPACIO DE DIÁLOGO POR ENNIO VIVALDI Rector de la Universidad de Chile P.1 Nº10 2018 / P.P.

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