Palabra Pública - N°9 2018 - Universidad de Chile

un bien de consumo, como en julio de ese año había pro- clamado el Presidente de la República, Sebastián Piñera. “Miremos la Declaración Universal de Derechos Hu- manos: ¡la educación es un derecho!, no es un negocio. La educación pertenece a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, ex- clama Abraham Magen- dzo, Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2017. De hecho, de los nueves instrumentos inter- nacionales sobre el derecho a la educación que tienen carácter vinculante, Chi- le ha suscrito ocho, según Unesco. Uno de ellos es el Pacto de Derechos Eco- nómicos Sociales y Culturales, ratificado por Chile hace más de 46 años. “El debate público, en distintas áreas, está cruzado por deficiencias en la formación que tiene la ciudadanía en materia de derechos humanos. Hoy en día práctica- mente no hay espacios de discusión pública relevante que no tengan un vínculo, al menos, con una perspec- tiva de derechos humanos y, si no sabemos de derechos humanos, esos debates se ven bastante tergiversados”, dice Claudio Nash, Coordinador de la Cátedra de De- rechos Humanos de la Universidad de Chile y acadé- mico de la Facultad de Derecho. Una promesa incumplida El Instituto de Derechos Humanos (INDH) lleva años intentando fomentar la educación en derechos humanos en todos los niveles: uno de ellos es la es- cuela, donde niñas y niños deben cursar 12 años de educación obligatoria. Por eso, el año 2015, antes de la implementación del Plan de Formación Ciudadana, el INDH realizó un diagnóstico de la inclusión de la educación en derechos humanos en el currículum escolar. Enton- ces, encontraron que los temas de derechos huma- nos tenían una presencia relativamente importante en el currículum (cerca del 40% de los Objetivos de Aprendizaje Transversal se relacionaban con ellos). Sin embargo, no se presen- taban oportunidades para que estudiantes lograran una comprensión de qué son los derechos humanos, y tampoco recibían herra- mientas para saber qué ha- cer ante su vulneración. “Si hablamos de buenas o buenos estudiantes, con buenos docentes que hi- cieron toda la pega y pasa- ron toda la materia, al final de cuarto medio no les queda muy claro qué son los derechos humanos”, dice Enrique Azúa, jefe de la Unidad de Educación y Promoción del INDH. Esto, a pesar de que desde las recomendaciones del Informe Rettig en adelan- te, pasando por casi todos los programas de los can- didatos presidenciales, han hablado de la necesidad de implementar educación en derechos humanos. Michelle Bachelet no fue la excepción. En su pro- grama 2014-2018 comprometió el diseño de “un Plan Nacional de Educación en Derechos Huma- nos para todos los niveles educacionales”. Tras varias propuestas, discusiones y negociaciones, en enero de 2016 salió a la luz el Plan de Formación Ciudadana. “El Plan es una promesa incumplida. Originalmen- te, se planteó que iba a haber formación cívica y en derechos humanos. Y al final del propio título se quitaron los derechos humanos. Me parece muy preocupante que nos contentemos con una edu- cación cívica que termina siendo sólo formal, que debe estar, pero que no tiene un enfoque de dere- chos humanos”, dice Claudio Nash. En el Ministerio de Educación (Mineduc) recono- cen que aún son muchos los desafíos en este ámbito, Chile venía saliendo de una dictadura y recién se comenzaba a hablar de derechos humanos de manera libre y transversal, con un debate centrado en los crímenes de lesa humanidad más que en la promoción de los derechos humanos. Con los años, progresivamente se ha ido entendiendo la importancia de este tema entre los distintos actores del sistema educativo y, por supuesto, también en algunas universidades, que han levantado centros de derechos humanos, cátedras y otras iniciativas en esa línea. P.10 P.P. / Nº9 2018

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