Palabra Pública - N°8 2017 - Universidad de Chile

pública hasta leyes. Los sacerdotes en los medios, asimismo, eran consultados en tanto expertos en moral. Ellos conocían la forma en la que se de- bían conducir los ciudadanos en su vida priva- da. Incluso llegaban a conceder entrevistas sobre la inconveniencia de escuchar ciertas bandas de rock o ver determinadas películas. Esa figura del religioso omnipresente ha desaparecido. Lo que perdura actualmente es la popularidad de ciertos curas que en atención a sus posturas progresistas y gracias a su labor de beneficencia combinada con un gran talento para las relaciones públicas, logran capturar la atención de cierta burguesía biempensante. Sacerdotes que gozan de la simpa- tía de los medios y de popularidad en determi- nados círculos de influencia. Pero en general, la jerarquía católica debió resignarse a una retirada que ha mermado su poder. ¿Significa eso que vivamos en un país con un Esta- do laico, en un país culturalmente laico? No. El cambio no ha sido una retirada total. La Igle- sia Católica en Chile ostenta un poder muchísi- mo más extendido que el de los sacerdotes de la jerarquía. La tramitación de la despenalización del aborto en tres causales fue el mejor ejemplo de esa red tupida de influencia. Un proyecto que apoyaba una abrumadora mayoría de los chilenos fue boicoteado de manera persistente por grupos religiosos, pero no desde los púlpitos, ni siquiera por curas, sino por instituciones o grupos rela- cionados con la Iglesia. El rol que cumplió, por ejemplo, el rector de la Universidad Católica fue notable: logró que el Tribunal Constitucional re- conociera la existencia de la objeción de concien- cia institucional. Ese cambio le permitía prohibir que se aplicara la ley en los hospitales relaciona- dos con su universidad. Es posible rastrear ese poder –que emana de la religiosidad privada que afecta y determina lo público- entre los sectores más privilegiados de la sociedad y en los colegios en donde se educa la elite: la gran mayoría de esos establecimientos imparten una educación religio- sa cerrada en sí misma, acrítica y temerosa de los cambios sociales. ¿Qué habría pasado en el caso de que se descubrie- ra que el fundador de un colegio laico era un abu- sador sexual? Seguramente ese colegio se habría “El rol que cumplió, por ejemplo, el rector de la Universidad Católica fue notable: logró que el Tribunal Constitucional reconociera la existencia de la objeción de conciencia institucional. Ese cambio le permitía prohibir que se aplicara la ley –de aborto en tres causales- en los hospitales relacionados con su universidad”. P.63 Dossier / Nº8 2018 / P.P.

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