Palabra Pública - N°8 2017 - Universidad de Chile

de un grupo determinado, ya que instala patrones sistemáticos de trato desigualitario hacia los gru- pos religiosos minoritarios y hacia los no creyen- tes. Existe un trato preferente hacia las personas que profesan los cultos mayoritarios, sin que se justifique la necesidad de esta política, situación causante de desigualdad. Esta situación debería llevar a abolir el actual modelo de educación reli- giosa escolar, porque de lo contrario la situación de discriminación se repetirá una y otra vez, más allá de que se invaliden las prácticas puntuales discriminatorias. Hacia una enseñanza religiosa no confesional En América Latina se están implementando cam- bios relevantes en estas materias, siendo Brasil un referente importante en este ámbito. En su legis- lación se ha comprendido la esfera religiosa como un hecho humano específico que se ocupa de las “preguntas últimas” que afectan al sentido de la vida. En ese marco se ha desconfesionalizado la enseñanza religiosa escolar, sacándola de la tutela de las autoridades eclesiales, y se la ha ligado al ám- bito de las ciencias de la religión, bajo los mismos criterios académicos que cualquier otra disciplina. En Argentina se acaba de conocer un fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró la inconsti- tucionalidad de la ley provincial de educación de la provincia de Salta, que había incorporado la ense- ñanza religiosa a los planes de estudio obligatorios. De esa forma se ha sentado un precedente impor- tante que obligará al resto del país a readecuar este ámbito de la formación escolar. En Chile existe una oportunidad inmediata para mo- dificar el statu quo al alero de la implementación de la ley 20911/16 que mandató a la creación de la nueva asignatura de “Formación ciudadana”, a implementarse a partir de 2019. Esta incorporación debería llevar al Consejo Nacional de Educación a reflexionar sobre el lugar que se debe asignar a la formación ética en el ám- bito escolar. La nueva asignatura de formación ciuda- dana no puede sustituir el rol de la enseñanza religiosa escolar, pero es evidente que entre ambas asignaturas pueden existir complementaciones y vínculos que me- joren su impacto en el aula. La desconfesionalización de la enseñanza religiosa es- colar permitiría superar la actual situación de crisis de la clase de religión y ayudaría a integrar esta área a la esfera de la formación humana integral, que recoja des- de las humanidades los elementos claves que permitan alcanzar la anticipación de una comunidad humana, verdaderamente humana. Como reflexiona Reyes Mate en Tratado de la injusticia (2011), “en las religio- nes vivas se ha llevado a cabo una reflexión milenaria sobre el perdón de lo imperdonable, sobre el sentido de la vida sin sentido o sobre la memoria salvadora de lo fracasado…”. No deberíamos perder este patrimonio cultural e histórico en un tiempo donde la educación se reduce a la capacitación de un “capital humano” despersonalizado. Pero su apropiación en una sociedad democrática demanda el uso de la razón práctica como criterio ineludible de universalización. P.53 Dossier / Nº8 2018 / P.P.

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