Palabra Pública - N°8 2017 - Universidad de Chile

CHILE LAICO POR JENNIFER ABATE C. FOTO ALEJANDRA FUENZALIDA Y a es un hecho que el próximo 16 de enero será feriado en la región Metropolitana, así como el 17 lo será en La Araucanía y el 18 en la región de Tarapacá. ¿La razón? La visita del Papa Francisco a nuestro país, que ha desatado una antigua polémi- ca entre quienes consideran que un gobierno debiera garantizar que las personas puedan contar con facili- dades para seguir la visita del jefe de la Iglesia Católica -a pesar de que las autoridades han insistido en que la medida tiene por objetivo garantizar el desplazamien- to y hacer frente a eventuales emergencias asociadas a la visita- y quienes creen que en Chile debiera ase- gurarse que la autoridad no manifieste simpatías por ningún credo específico. A ratos parece que la discusión es obsoleta, pero tan- to la coyuntura de la visita papal como varios de los planteamientos más controversiales de las campañas políticas esgrimidos en la última elección presidencial muestran que la pregunta está más vigente que nun- ca: ¿es Chile un Estado laico? Con la Constitución de 1925, que vino a reemplazar el texto vigente desde 1833, en Chile se separó clara- mente la Iglesia del Estado y se estableció la libertad de culto. Con esto, el país aseguró la manifestación de to- das las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral. Sin embargo, a juicio de la profesora titular de la U. de Chile, doctora en filosofía y académica de la Fa- cultad de Filosofía y Humanidades, Olga Grau, esto no asegura la condición laica de nuestra instituciona- lidad. “La Constitución del año 1925, pese a que hizo una diferencia respecto de las constituciones previas que eran favorables a la Iglesia Católica, no declaró formalmente y de manera explícita la condición laica del Estado, aunque su contenido expresa la división del Estado y la Iglesia al asegurar la diversidad, plu- ralismo e igualdad en el ejercicio de todos los cultos religiosos. Llegó a ser parte del sentido común por varias décadas que se vivía en un Estado laico”. Pero depende de lo que se considere como tal. Para Alejandro Ramírez, filósofo, vicedecano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile y autor del libro Epistemología y ateísmo. Examen de las argu- mentaciones y justificaciones de la creencia teísta ( 2016), si bien desde un punto de vista formal es posible afir- mar que Chile es un Estado laico, pues “la cuestión de lo laico no refiere a poseer fe o no, sino a pertenecer a una orden religiosa”, desde lo no formal “es difícil aceptar tan claramente que Chile tenga un Estado lai- co. Porque la cuestión es que el Estado parece en varios sentidos ‘comprometido’ con intereses religiosos, espe- cialmente católicos, aunque seguramente en distintos grados y maneras. Debiera considerarse, por ejemplo, Si bien Chile se define como un país donde la Iglesia está separada del Estado, sobran las manifestaciones que dan cuenta de lo contrario. La próxima visita del Papa Francisco y las divergentes posturas planteadas por los candidatos presidenciales en las pasadas elecciones han levantado una vez más la pregunta sobre el carácter verdaderamente laico de un país donde, curiosamente, muy poco se está investigando sobre los alcances de la cultura laica. P.42 P.P. / Nº8 2018 / Dossier

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