Palabra Pública - N°8 2017 - Universidad de Chile

del capítulo de Paleoclima para el quinto informe del IPCC”. Hasta ahí una historia larga reducida a unos pocos párrafos que no alcanzan a dar cuen- ta de toda la densidad y valor que tienen sus investigaciones y su mirada respecto de cómo hacer ciencia hoy, cuando la crisis mundial respecto del desarrollo es total y definitiva. Debemos parar para analizar y detener el daño en medio de esta nueva era, el Androceno, que distingue la incidencia de la actividad humana en el sistema Tie- rra y que, si siguen los patrones masculinos (depredación, extracción, conquista, com- petencia), nos llevará a fases más críticas donde el cambio climático es decidor. “Soy una convencida de que el rol de la mujer va a ser fundamental para resolver todos los problemas que tenemos en el pla- neta; lo vemos a nivel de ciencia, de pensar en grupos interdisciplinarios para tratar problemas complejos. El cambio climático es el último síntoma de toda una sociedad que está en crisis. Es el resultado de una construcción masculina del planeta y su desarrollo; esta crisis no es ambiental, es de desarrollo”, afirma convencida también de que “si queremos ser una facultad fantásti- ca del siglo XXI tenemos que ponernos a la punta en la inserción de mujeres y de hacer ciencia desde una forma menos masculina de ver la vida”. Paradigma El Núcleo Científico Milenio Paleoclima del Hemisferio Sur es financiado por el Programa lniciativa Científica Milenio (ICM) del Ministerio de Economía, adjudicado mediante concurso público en diciembre de 2013. Su objetivo es “estudiar cómo ha evolucionado el cli- ma durante los últimos 25.000 años en el hemisferio sur. Entender la evolución y dinámica del planeta durante este pe- riodo es necesario para poder poner en el contexto correcto el periodo actual de cambio climático”. Sus principales lugares de estudio han sido la Patagonia chilena y el océano adyacente, zonas es- tratégicas para este tipo de estudios, ya que constituye la única masa continen- tal de este hemisferio que cruza una ex- tensión en latitud tan extensa (desde los subtrópicos hasta latitudes subpolares). El equipo está compuesto por un grupo interdisciplinario de investigadores e in- vestigadoras de la Universidad de Chile, la Universidad de Magallanes y la Ponti- ficia Universidad Católica de Chile. Rojas trabajaba en la evolución pasada del clima cuando comenzó a formar el grupo que dio origen al Núcleo, del que es su directora. Hoy se dedica especialmente a analizar cómo las actividades del ser hu- mano inciden en el clima y sus cambios: polución, acumulación, industrialización y el uso de combustibles fósiles, y muchos otros factores están en la base de un mode- lo en crisis terminal. “Me pareció alucinan- te la creatividad que existe para interrogar la naturaleza y cómo el clima influye en muchos aspectos del planeta. Y así fue mi primer acercamiento al paleoclima. Y ha sido bastante enriquecedor, en el sentido de que yo especialmente he aprendido mucho de otras disciplinas. Para estudiar el clima uno tiene que entender y saber de muchas subdisciplinas de las ciencias de la Tierra, porque finalmente el clima es el produc- to de la interacción entre la atmósfera, los océanos, la biosfera, la criosfera y la litosfe- ra incluso. Son áreas que tradicionalmente las estudian los glaciólogos, la geología, la oceanografía, la ciencia atmosférica y otras. Se requiere, entonces, de todas estas disci- plinas, porque de otra manera no se logra entender”, advierte. El cambio de era está dado por esas formas de abordaje y también porque la ciencia está dilucidando si ya finalizó el periodo Holoceno (época post-glaciación hasta ahora) y hoy estamos entrando a la era del Antropoceno, donde “el ser humano ha producido una perturbación significativa en el sistema climático, de manera que ese impacto se vaya a ver en una de las capas de la Tierra. En un millón de años más, un geólogo o geóloga va a ver una capa y dirá ‘mira, aquí comienza la intervención humana’. Un indicador es el plástico y otro es la bomba atómica”, sostiene. “Ha sido enriquecedor darme cuenta de la complejidad del Sistema Tierra; de cómo estas interacciones son muchísimas, ines- peradas a veces, bastante inexploradas algu- P.24 P.P. / Nº8 2018

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