Palabra Pública - N°8 2017 - Universidad de Chile
que ver con esto del problema que significa que sea gente que cruza o que tiene una pertenencia a ambos lados de la frontera. Se empieza a asimilar la idea de terrorismo con conflicto étnico, como si fuera la misma cosa. -El año 2000 hice mi tesis de licenciatura sobre eso. No estaba la ley antiterrorista, no habían suce- dido los atentados contra las Torres Gemelas, pero se hablaba ya de la cultura como hipótesis de conflicto. Y particularmente se citaba al caso mapuche, pero también en la frontera de Brasil a los yanomamis, que están en Venezuela y Brasil, como algunos de los ejemplos en América Latina que reproducían un poco lo que hablaba un politólogo, que era parte de la ofici- na de asuntos extranjeros de Estados Unidos, Samuel Huntington, autor de El choque de las civilizaciones . En realidad él estaba hablando más que nada del lu- gar de Medio Oriente en relación a Estados Unidos, pero hubo como una adaptación en nuestros países en relación al problema que significaban las culturas. Yo creo que en algún punto los atentados a las Torres lo que hicieron fue centralizar en la figura del musulmán y disminuir un poco todo lo demás, pero no es algo que se haya ido del todo y en Chile menos todavía. Pero sí, es una hipótesis que se viene trabajando por lo menos desde el 2000, donde yo analicé un informe del ministerio de Defensa que recoge información del ejército en Neuquén sobre una comunidad mapuche. El problema es toda esta gente que vive a uno y otro lado de la frontera, que pretende tierras, que pretende borrar las fronteras, que se desliga de una pertenencia nacional adscribiéndose a otra. Es interesante el tema de las fronteras. En su época, Pinochet decía que en Chile había una frontera in- terna, fijada en el río Biobío. Tiene que ver también con la seguridad nacional, la inteligencia. Son temas que atañen a ambos países, simultáneamente. -Sí, sin duda. Lo de las fronteras internas, todo eso tiene que ver con concepciones geopolíticas –bueno, Pinochet era un estudioso de la geopolítica. Se habla mucho de lo que son las fron- teras internas y cada uno lo aplica en su país en fun- ción de una perspectiva específica. Es muy interesante que Pinochet lo haya fijado en el Biobío. Hay distintas formas en la geopolítica de definir lo que es la fron- tera interna, pero tiene que ver con eso, con algo que no está completamente integrado, algo que tiene una lógica, una dinámica o una autonomía en algún sen- tido, que debe ser deshecho en pos de la integridad territorial y política. ¿Qué piensas de cómo opera la inteligencia dentro de los movimientos de este tipo, de reivindicación te- rritorial, étnica? Porque acá desde principios de los 2000 ha funcionado desmantelando las organizacio- nes, tomando presos por largo tiempo a los dirigen- tes, y luego son causas que se caen y que terminan en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero se sigue ocupando el mismo modelo sistemáticamen- te. ¿Es así allá o está recién empezando? -No, está recién empezando, es la primera vez que hay una causa de este tipo. Con una colega, Ana Ramos, hicimos un rastreo de las causas hasta fines del año pasado, antes de que se hiciera la nueva con- tra Facundo Jones Huala, de cuáles habían sido los casos en los cuales se había tratado de implemen- tar la ley antiterrorista y ninguna había prosperado y había sido contra periodistas, contra una organi- zación medioambiental, ese estilo. Ninguna había prosperado. La que avanzó un poco más fue esta de Jones Huala, que se cayó después de que llegó hasta la procuraduría y ahora volvió y yo creo que es la única que se está haciendo. Son causas que justifican o que habilitan ciertas inteligencias. Sé que hay una articulación con Chile que puede llegar a ser más política en los últimos años, pero que en realidad tiene que ver con esto de la gente que está a uno y otro lado de la frontera, como hay muchos casos en sociedades fronterizas como las nuestras. Entonces al invocar una pertenencia diferente a la argentina y la chilena es como que se vuelve más peligroso. Toda esa lógica impregna muchas cosas y actualmente lo que han hecho estas leyes antiterroristas es centrarlos en un sujeto especial, que parece asumir todas las características. Esto que mencionabas me parece in- teresante porque está volviendo a ponerse en primer plano respecto de la cultura o de la pertenencia no nacional como un problema. P.8 P.P. / Nº8 2018
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