Palabra Pública - N°7 2017 - Universidad de Chile

tión humana que puedas desarrollar en un territorio específico. Y si pones una ciudad en un lugar así claramente te vas a ver afec- tado y posiblemente vas a morir. Entonces ahí la reflexión que se hace y uno de los problemas de esto fue después del golpe de Estado, que se privatizó la constitución de las ciudades, la orgánica de las planifi- caciones urbanas y se dejó a merced de las empresas inmobiliarias. Toda esa planifica- ción orgánica que se venía desarrollando en Chile, independiente del gobierno, fue- ra de derecha o izquierda, muere. Sucede cuando tú le dejas a un privado la responsa- bilidad de poblar un territorio sin tener las consideraciones ecosistémicas de un lugar y solamente en beneficio económico. ¿Y qué pasa con las comunidades loca- les en este entuerto? -Las comunidades locales son las que tienen las grandes sabidurías. Nosotros, para acercarnos a eso, como no tenemos mucho tiempo y no hay tantos recursos tampoco como para poder hacer un tra- bajo más profundo, trabajamos con gente que ya lo ha hecho. Por ejemplo, fuimos al departamento de tradición oral de la Biblioteca Nacional y les pedimos que nos dijeran cuáles eran las investigacio- nes que ellos habían realizado en torno a tradición oral respecto de los terremotos, entendiendo que esa es la forma en que podemos transmitir estos conocimientos, estos contenidos de las comunidades, que están sublimados a partir de formas poéti- cas, estéticas, de canciones, de imágenes, y justo habían desarrollado con el ministerio de Agricultura un programa en que iban a todo Chile a hacer investigación sobre tra- dición oral. Y uno de los temas que había surgido era el de los terremotos y los tsuna- mis. Con ellos hicimos un análisis de esos temas y compusimos un documento que se va a publicar en torno a esto y que viene a conformar esa voz colectiva. Por otro lado, hicimos con una organización del Conse- jo Nacional de la Cultura y las Artes que se llama Cecrea, una serie de laboratorios editoriales nómadas, en que vamos a cinco lugares donde han ocurrido grandes fenó- menos naturales y hacemos sesiones de dos días, que es muy poquito tiempo, en que se hace una charla introductoria del concepto de la bienal, se hace un mapeo conceptual donde se busca que la gente pueda com- partir sus temas respecto a estos desastres y después se hace un pequeño fanzine . Esos fanzines son compilados y serán presenta- dos en el seminario del 13 de octubre que se hará en la U. de Chile. Esta bienal entonces no es solamente una convocatoria de artistas, sino que tiene trabajo local que se trae para acá. -Y tiene como base también esta conti- nuidad de lo que está pasando ahora con la Onemi y la agencia de cooperación inter- nacional de Japón, que van a donar un mu- seo del terremoto. Y van a traer un arqui- tecto que ha trabajado mucho con cartón y materiales livianos para la construcción de este museo. La idea es que justamente toda esta información sirva como base para que no pase lo que ocurrió con Óscar Nie- meyer cuando viene al Centro Cultural de Valparaíso y lo devuelven a Brasil porque no hubo participación de la gente. Eso es una lección aprendida de Chile con la cooperación internacional que se intenta incorporar en este proceso. “En general a los artistas se les invita a inaugurar un evento , con una obra de teatro, una performance, pero no a reflexionar críticamente a través de programas de residencia, investigación, que es lo que se busca, que los artistas no sean tratados como el área de divulgación y entretenimiento de los proyectos científicos”. P.27 Nº7 2017 / P.P.

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