Palabra Pública - N°7 2017 - Universidad de Chile
(OTD): “la relevancia de este procedimiento es que es gratuito y que tiene hasta el momento 100% de efec- tividad, a diferencia de otros abogados que eventual- mente han querido llevar causas de cambio de nom- bre y sexo registral. Ellos han logrado cosas bastante difusas, como cambio solamente de nombre, o les han cobrado excesivamente a la gente o han desistido de las causas a la mitad porque se demoran mucho, o porque no conocen la tramitación, o han presentado causas absolutamente alejadas de una perspectiva de derechos humanos”. La ex candidata a conceja- la por Santiago y directora de Transitar, Niki Raveau, fue una de las personas que se acercó a Lorca tras escuchar de boca de otros el trabajo que hacía. Un año y siete meses demo- ró en cambiar su primer nombre, Nicolás, por el que mejor se ajusta a su identidad. Cuando recibió su carnet “fue demasiado emocionante, te juro que lloré todo ese día. Cuando yo comencé con mi transición fue muy complejo, cor- té con mis cercanos, perdí el trabajo… pasaron tantas cosas. Desde mi punto de vista, el gesto de recibir el carnet fue un pequeño triunfo sobre toda oficialidad y evaluación social”. Niki tiene 40 años y aunque durante largo tiempo se “travistió entre cuatro paredes y esporádicamente para salir a la calle”, como comenta, “necesitaba hace tiempo dar un paso mucho más allá” y a los 38 comprendió que de ahí en adelante su identidad en todos los planos debía ser femenina. A pesar de que sabe que este es sólo el comienzo de una lucha por sus derechos, entiende que es un paso importante: “al momento de ir al banco, de hacer un trámite, al momento de inscribirte en algún lado, necesitas un carnet”. ¿Qué viene después? “Una batería de trabajo en educación y salud”, plantea Niki como condición indispensable para que no exista más discriminación hacia las personas trans. “A mí me ha costado montones tener un trabajo más estable. Aun- que sea una ‘súper dirigente’ y me aplaudan, no tengo trabajo estable y me cuesta harto pagar las cuentas. Y yo tengo un cerro de privilegios en mi espalda, qué será para las otras”, cuenta reconociendo su origen acomo- dado y su paso por colegios de élite de la capital, a pesar de que señala que todas las personas trans son discri- minadas, sin importar su origen. “Todo sigue pendien- “Cuando la profe habló, el primer día de clases, de que lo que ella quería era representar bien a una mujer transexual, indígena, pobre, en un país tan represivo contra la mujer y tan elitista, me conmovió bastante encontrar a un profesor tan natural al servicio desinteresado”. P.20 P.P. / Nº7 2017
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