El mercurio : un discurso sobre la cultura 1958-1980

67 no hay engaño, puesto que a través de todo,el discurso la incorpo ración, en la forma, que sea, de otros sectores sociales no está presente, ni menos aún las concepciones divergentes (las cuales sólo aparecen en términos de oposición al discurso^central). Este llamado a la incorporación le daría el carácter "liberal" con que se ha identificado al diario. De ello es posible que, a partir de un llamado general a la incorporación de los distin­ tos sectores, resulte un proceso en donde lo hegemónico reconoz­ ca a veces otras concepciones, por supuesto no radicales, y las incorpore a esta producción cultural asimilándola y, por lo mis mo, quitándole su fuerza. Es por ello que no deja de ser posi­ ble, pero sólo en determinados momentos históricos, que opere un llamado pluralista y abierto, como ha ocurrido en el discur­ so posi '73, cosa que no habría ocurrido en el discurso anterior en donde el pluralismo y la apertura resultarían altamente peli­ grosos. Por otra parte, el campo cultural permite esta apertu­ ra y este llamado, lo que resultaría de gran ri,esgo para el cam­ po político, por ejemplo. Por otra parte, este pluralismo para el campo cultural no signi­ fica que todas las concepciones puedan incorporarse. En efecto, si bien la cultura es "una necesidad vital de todo un pueblo", esta categoría social no encuentra cabida en el discurso. El consenso está puesto en aquellos sectores sociales distinguidos por su cultura y sus dones. A partir de ellos, sí es posible hablar de incorporación, puesto que, a pesar de tener opciones divergentes, poseen características tales como la educación y el conocimiento que identifican y distinguen a los miembros de la cultura superior. El discurso post '73 hace un llgmado integrador a la "clase me­ dia nacional" y nos señala que esta clase debe convertirse en sujeto de la naqión, y entiende el desarrollo nacional como una carrera hacia la consolidación de una clase media generalizada, propósito con el cual el diario se compromete, tal como se hace evidente en las palabras de su director. Sin embargo, no resulta evidente que toda esta clase media nació nal participe de la cultura superior. Por el contrario, ella ne cesita de predicados, que son: calidad humana, dones, sensi­ bilidad, cultura, educación. Y por ello no podemos pensar que

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