El mercurio : un discurso sobre la cultura 1958-1980

63 El -discurso enfatiza muy fuertemente la necesidad de que la vida universitaria esté libre de ideas políticas de tipo partidista,, Aun cuando ^la libertad académica constituye un requisito básico para el desarrollo de la vida 'intelectual,' ello no debe confun­ dirse con la introducción de ideas políticas partidistas» "En efecto, la libertad de opinión de los académicos, en sus campos’de especialidad} es acreedora de respe­ to, tanto mayor si quien la emite reviste calificacio nes relevantes» Pero el consignismo político o poli­ tiquero por parte de quienes, llevan a cabo funciones académicas, puestas al servicio de ideologías y tenien do a su disposición a auditorios juveniles inermes, de be rechazarse de plano"» (Junio 19 de 1980) La libertad de .opinión y el respeto que merecen los académicos es algo en que pone^ atención este discurso» De allí que frente a la privación de la cátedra de la Universidad Austral a Jorge Millas, la editorial del 2'9 de marzo de 1980 diga: "La tarea sin duda delicada de sanear o rectificar las actividades universitarias no puede sino inspirarse en criterios académicos» Tales criterios indican que to­ do profesor o investigador de categoría, dedicado sin­ ceramente a la ciencia y a la- docencia, merece el res­ peto de la universidad y de la comunidad en general» No son la ciencia ni la investigación las que tienen un efecto perturbador o amenazante para el orden póbl^i co o para la formación de la juventud» Por critica - bles que sean las ideas políticas de un gran profesor, lo que realmente queda y vale de él, lo que aprovechan sus alumnos, es el sedimento de sabiduría y no las ac­ titudes apasionadas y contingentes» Por eso, la sepa­ ración de la cátedra de un profesor distinguido es una indudable pérdida para la Universidad» "Las grandes figuras universitarias están más expues­ tas a la incomprensión y al recelo porque usan de su libertad y se expresan sincera y claramente» Ello ex plica que, mientras algunos universitarios inauténti­ cos suelen ocultar sus verdaderas ideas y disimular hasta sus actividades políticas subversivas, los ver­ daderos académicos, los que no instrumentalizan su cá tedra, pueden aparecer como críticos más severos de

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