Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos
78 Para muchas personas suena evidente el tener que plantear un objetivo en una planificación pedagógica e imaginarse posibles experiencias como el cuadro anterior. Sin embargo, Eisner no solo está de acuerdo con los objetivos de tipo divergente, sino además hace una fuerte crítica a la formulación de objetivos, los que sobreestiman el grado en que es posible prever los resultados de un proceso educativo, la cantidad, tipo y cualidad del aprendizaje que experimentan los niños y niñas (en este caso), especialmente cuando existe interacción entre estudiantes, lo que no siempre es predecible. Él señala que la dinámica y complejidad del proceso que vivencian quienes aprenden produce resultados bastante más numerosos de los que pueden ser definidos de antemano en términos de conducta y contenido. Plantea, además, que anticipar un objetivo generalmente apunta a un resultado estándar y el emitir un juicio de valor sobre ese resultado. De esta manera, Eisner argumenta que los objetivos son un reflejo de un modelo racional de enseñanza: primero se señalan los objetivos y luego se completa planteando en la planificación actividades y contenidos (Zabalza 2016) y hasta qué evaluar. A estos objetivos le llama Eisner objetivos expresivos o experienciales, que promueven el respeto a los derechos de los niños y niñas. Además, debe ser una gran aventura pedagógica trabajar como educadora con este tipo de objetivos abiertos, los que describen un encuentro del estudiante con una situación, sin especificar qué es lo que ha de aprender (Eisner en Zabalza 2006). Aclaremos que no se trata de no planificar, sino de poner objetivos planteados como expresivos y, de ellos, nacen algunos de tipo emergente, distintos según los diferentes niños y niñas. Veamos un ejemplo concreto:
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