Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

56 en los años 60). Además, el adulto debe ofrecer oportunidades de aprendizajes desafiantes, lúdicos, integrales, pertinentes y sobre todo muy flexibles ante sus requerimientos, de lo contrario, sería muy difícil poder favorecer los aprendizajes de los niños a través de la programación, si se adopta un modelo didáctico cerrado, lineal, rígido y con poca flexibilidad (García 2015). Malaguzzi (2011) señalaba que es intolerable considerar la enseñanza de manera unidireccional, lesionando la dignidad tanto de quien enseña como de quien aprende, criticando las programaciones rígidas como modelos ya establecidos. Aclaramos esto dada las aprensiones al respecto, donde se polariza el acto pedagógico, teniendo grandes detractores frente a la planificación, seguramente cuando define y anticipa especialmente lo que harán y cómo lo harán los que aprenden, o bien, se transforma en un “papeleo” o acto mecánico que no aporta a la reflexión y trabajo conjunto, por decir algunas. De esta manera muchos(as) educadores(as) se niegan a planificar, o lo hacen de manera poco rigurosa, sin sentido o solo por cumplir con un acto administrativo. Por otra parte, algunas personas están en un proceso de búsqueda permanente y en función de lo que es relevante para los niños y niñas, desarrollado estrategias en equipo que permiten orientar la práctica pedagógica, siendo guías en este proceso, como lo señala la filosofía de las escuelas Reggianas a través de su fundador Loris Malaguzzi, confiando en los niños y niñas, los que aprenden constantemente, y más aún si se sienten escuchados y vivencian experiencias que nacen de sus intereses y en un ambiente adecuado. Por tanto, niños y niñas no aprenden por una relación lineal de causa-efecto, de educador a educando (Hoyuelos 2011), ellos deben ser los descubridores. De esta forma será “un aprendizaje relevante el que conjuga los intereses y el bienestar del sujeto” (Zapata 2013: 231), siendo un referente central la Convención de los Derechos del Niño. Desde la perspectiva de la planificación al servicio del aprendizaje, nos referimos aqueéstapuede ser unmedio importante para favorecer que aprendan los niños y niñas. Sin embargo, el seleccionar lo que es relevante o importante no es siempre fácil. Como dice Zapata: “La definición de los aprendizajes que deben lograr los niños y las niñas es siempre un aspecto de primer orden en toda sociedad, pues se trata, nada más y nada menos, de establecer

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