Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

145 -Ambientar el aula con objetos propios del lugar y los de origen de las familias, los que tengan un uso, por ejemplo, cestas para guardar objetos, mantas para tenderse o reposar, instrumentos musicales u otros. -Buscar literatura que permita dar a conocer características del lugar o de otros de origen de las familias, personajes, así como valores positivos de la localidad. 2.8.12. Experiencias que favorezcan el buen humor Todos llevamos a un niño divertido en nuestro interior, que describe ese aspecto de nosotros que es y será exclusivo, nuevo, original e inocente, es decir, esa parte de nosotros que cree que tenemos derecho a ser felices, a estar alegres, y, sobre todo, a celebrar la vida y la existencia. Robert Holden Existen diferentes líneas referidas a este tema, recibiendo nombres tales como “pedagogía optimista”, “pedagogía del buen humor”, “pedagogía positiva”, entre otros, como señala Peralta (2008), agregando que es un énfasis o modalidad que pretende rescatar y aprovechar todo lo bueno que tiene el mundo y ponerlo en su justo lugar, aportando a una actitud de relativa confianza en el mundo actual a las nuevas generaciones. De este modo, diversos estudios referidos al humor (Peralta, Larraguibel y Manhey 1995, Holden 1998, Vigara 1999, Caudet en Peralta 2008) señalan la importancia del buen humor como estrategia pedagógica, alejándose del sentido trivial y liviano que se le da en la vida cotidiana, es decir, esto no implica que las educadoras estén riéndose o planeando situaciones divertidas, la idea es potenciar los aspectos positivos de las personas y tener una actitud positiva frente a la vida. Por lo expuesto, el buen humor favorece tanto a niños y niñas como a los educadores, y por tanto a un clima más grato para todos y todas. Tal es el caso de la actitud positiva a la hora de manejar conflictos y afrontar situaciones emocionales difíciles. Esto no significa que estas situaciones no se tomen en serio, se ignoren o se le quite importancia. Al contrario, se combaten con uno de los mecanismos psicológicos más eficaces para encajar los golpes de la vida, como lo afirmó Freud. Fernández y Cerrada agregan que: “El educador vive permanentemente entre dualidades. Entre el optimismo y cierto grado de pesimismo; entre la esperanza y el desconsuelo; entre la seguridad y la

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