Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos
138 Como se puede apreciar, el juego es una necesidad, ya que cumple diferentes funciones. Braga (en Quinto 2010) señala: 1. Función exploratoria . Se refiere a aquella etapa en que los bebés a través de habilidades sensoriales y perceptivas descubren el medio y objetos que les rodea. 2. Función constructiva . Les permite a los niños y niñas desarrollar su autonomía. Así van integrando paulatinamente reglas establecidas. 3. Función comunicativa . A través del juego se evidencian participaciones verbales e interacciones sociales, donde los niños y niñas aprenden a manifestar, controlar y comunicar emociones. 4. Función creativa . A través del juego recrean la realidad, la interpretan, la transforman y la reinventan. Goldschmied y Jackson (2010) desarrollaron una metodología en torno al juego de los bebés y niños pequeños. Para los(as) niños(as) que aún no caminan, propusieron “La Cesta del Tesoro” donde los(as) niños(as) de 6 a 12 meses descubren explorando materiales que se les ofrece en un contenedor, canasta u otro recipiente, mientras permanecen sentados. Se trata de un conjunto de materiales (no son juguetes) traídos del hogar, confeccionados o comprados, pero sin ser necesariamente de alto valor económico, los que se pueden clasificar en: naturales (piedras, calabazas secas, caracoles de mar, naranjas), objetos de material natural (ovillo de lana, cestos pequeños, cuchara de madera, muñeca de lana o de tela), objetos metálicos (cucharas de diversos tamaños, embudo, silbato, triángulo musical, llaves), objetos de papel o cartón (remolino, cajas, papel celofán, tubos de cartón). Así, la gran variedad de objetos pequeños permite que los niños y niñas exploren, descubran, se concentren y puedan jugar tranquilos(as) en un período de tiempo de acuerdo a sus intereses. Como señala Majem y Ódena, esta oportunidad es muchas veces poco frecuente en los niños menores de 12 meses. Es una necesidad para ellos el probar la consistencia de las cosas, por lo que se llevan a la boca, muerden, succionan, manipulan o lanzan los objetos. El rol del educador en tanto es “observar cuáles son las preferencias, actividades, actitudes de los niños y niñas con cada objeto en concreto, para determinar con qué criterio debemos renovar el material” (Majem y Ódena 2010: 20).
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