Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos
136 propuso desarrollar la motivación creadora como medio más seguro que conduce al éxito. Federico Fröebel (llamado el padre de la educación inicial/ parvularia) señaló la importancia del juego, donde si bien ya otros estudiosos como Platón, Quintiliano, Fenelón, Locke o Richter, entre otros, habían señalado su valor pedagógico, Fröebel da al juego una fundamentación científica, un carácter sistemático, metódico y perfectamente diseñado a nivel teórico y práctico dentro de la labor educativa (Sanchidrián 2010). Así, el juego se constituye en otro principio pedagógico. Además de ser un principio, en la Declaración de los Derechos del Niño firmada en el año 1959, en el principio 7, se reconoce el derecho de los niños a jugar, a divertirse y a las actividades recreativas. En la Convención se presenta en el artículo 31. Tomando palabras de Sarlé et al.: “el juego es un espacio de interacción a partir de la creación de una situación imaginaria en la cual los niños se involucran voluntariamente bajo la intención, el deseo o propósito de jugar a” (2010: 22). En primer lugar, nos referiremos a la necesidad que tienen los niños de jugar, ya que mediante este exploran, conocen el mundo y se relacionan con los demás. Al respecto, las mismas autoras señalan la relevancia del juego, el que es señalado en la formación y en los libros de pedagogía, sin embargo, en las prácticas cotidianas en la escuela infantil, ocupa mucho lugar en el pensamiento del maestro(a), pero un pequeño lugar en la concreción de las prácticas pedagógicas.
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