Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

112 regularidad y constancia en las interacciones para adquirir algunas pautas de conducta y entender lo que se espera de él. Otro factor importante que ayuda es el contar con una jornada (o llamada rutina) ordenada y flexible, lo que es un factor importante para la seguridad personal. De acuerdo con lo recogido por Silva: “las diferencias culturales generan ‘estilos’ de interacción muchas veces poco comprendidos por los docentes” (2010: 311) y tambiénmuy pocas veces recogidos, analizados e incluidos en las prácticas pedagógicas. De allí la relevancia que los educadores investiguen las prácticas de crianza de las culturas que forman parte los niños y niñas de los centros educativos. Especialmente en estos últimos tiempos, donde cada vez hay más multiculturalidad y donde debemos de trabajar por una interculturalidad respetuosa. Así desde un enfoque socio cultural, la red social de interrelaciones y construcción colectiva del conocimiento dependerá de las posibilidades que tengan los niños y niñas desde los primeros años y de sus culturas de pertenencias. Es sabido que las primeras interacciones de los bebés con su entorno son intercambios emocionales, como lo manifiesta Fontaine (2000), enfatizando que lo importante es que haya una adecuada interacción, la que influye más significativamente en el establecimiento de conexiones neuronales. Por ello, es necesario saber que desdemuy temprana edad los bebés sienten las emociones de otras personas, pero, por supuesto, eso no es lo mismo que ser altruista. Ya entre los 14 y los 18 meses podemos mostrar con un experimento que se comportan de manera altruista. Por ejemplo, si ven a alguien tratando de agarrar una cosa, harán algo para intentar ayudarlo. A los 2 años y medio pueden distinguir simples convenciones sociales, como no tirar la ropa en el suelo, o leyes morales, como no lastimar a otra persona (Gopnik 2010). De esta manera, a partir de la interacción con la educadora y con sus pares, el niño y la niña amplían y enriquecen su comprensión de sí mismos y del mundo; aprenden a conocer lo que los separa y lo que los une a los otros; ponen en práctica la valoración y el respeto a los demás, la colaboración y conocen y aplican reglas y normas para funcionar bien colectivamente y experimentan formas de resolver conflictos. Por otra parte, aunque suene increíble, la forma de ser de los bebés y cómo se comportan también influyen en la manera en que los adultos interactúan con ellos y, a la vez, cómo interactúen los adultos con los bebés influirá en ellos.

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