El testimonio : 1972-1982 : (transformaciones en el sistema literario)

55 28. Hay que mencionar la publicación durante esta segunda etapa, de diversas obras li terarias de tipo documental, de gran valor, las cuales sin embargo, no pueden ser consideradas testimonio y caen dentro de otras clasificaciones genéricas tradicio nales; obras que alimentan sin embargo, un discurso narrativo nacional no ficti­ cio, Entre éstas, destacamos lasobras de mujeres escritoras, tales como la her­ mosa memoria de María Flora Yáñez: Historia de mi vida. Santiago, Nascimento, 1980, conmovedora desde el mismo ''Prólogo11 de la autora-, También, el diario de viaje de Teresa Hamel: Verano Austral, apasionante relato, escrito en una prosa enérgica y clara, que se acerca con afín simpatía a la novela. Santiago, Nasci­ mento, 1979. La obra de Virginia Cox: Dentro y fuera de mi maleta, diario de viaje. 29. Hemos usado previamente esta idea de la "representación lingüístico-imaginaria". Aunque resulte obvio decirlo, nos referimos conello a la capacidad queposee la literatura de establecer una representación que, en cuanto estructura de lengua­ je, sólo se constituye como tal objeto por la imaginación. Si bien el texto tes timonial es histórico y auténticamente verdadero, sin embargo, su naturaleza li­ teraria le hace participar de un universo ontológico ideal o imaginario en cuan­ to texto que reconstruye — productivamente— una realidad. Reconstrucción no me­ ramente especular, sino activa y productora de sentido. 30. Moulian,Tomás, "La evolución de la izquierda chilena". Trabajo presentado ai Se­ minario del Grupo de Trabajo Flacso sobre "Teoría del Estado y de la Política en América Latina1. Santiago, marzo de 1982; Cf.pp.3—4, 45-A6. 31. Cf.Ouijada, Aníbal, Cerco de Púas. La Habana, Casa de las Américas, 1977. Espe­ cialmente, pp.50,31 y 92. 32. Nos parece necesario explicar que entendemos el término "cultura" en un sentido amplio, como producción global teórica y práctica — material y "espiritual1,— de una sociedad. En la medida que la cultura existe como una organización de esos productos sociales y de esa producción, es medularmente visión del mundo e ideo­ logía. el conjunto de la cultura muestra una coherencia en un sistema complejo; es la coherencia estructural en un sistema ideológico de una sociedad determina­ da. En cuanto organización, o en cuanto ideología, la cultura la concebimos co­ mo una dimensión política, dado que crea un espacio en el cual lasdistintas fuer zarssociales — ideológicas— recurrentes en el sistema "cultur?,l"-social, luchan por la hegemonía. No pensamos sin embargo, que las transformaciones sociales fun ¿asiéntales privilegien en la práctica este espacio sino como un nivel secundario de darse la lucha social-política principal. Las transformaciones sociales oási cas generan en consecuencia dialécticamente una transformación cultural. Hemos trabajado con esa matriz teórico-política-cultural. Tendemos a identificar en

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