Publicaciones infantiles y revistas de historietas en Chile : 1895-1973

45 sólo valor sino que pasa varios obros de contrabando. Un valor es, simplemente, un rasgo d.e conducta, una actitud humana, pues tas en abstracto. Siempre en los análisis de las Historietas hay que descubrir los valores que representan los personajes -son universales y fácilmente descubribles- y los que ellos mismos postulan, aquellos que no son obvios, y que es donde se transmite la ideología non toda su fuerza. Es la diferencia en tré lo que los personajes parecen ser y lo que verdaderamente son. La situación es más compleja porgue hay. personajes que usüalmente conllevan una significación en la realidad social ob jetiva, un juez, por ejemplo. El personaje ya en sí mismo con­ tiene un valor, y la caracterización que de él se haga contribuí rá con el valor implícito, Y si el personaje está positivamen­ te caracterizado, el lector está listo para,identificarse con el pero los resultados de su juzgar (el del juez) -que nosotros compartimos en la lectura- pueden ser absolutamente erróneos. En otro caso, personajes que son puestos en la historieta como representantes de una clase social tienen opiniones y acciones que muchas veces suelen pertenecer a otra clase. Parecen ser al gó pero en verdad son otra cosa. Disfrazan un valor, un^rol de conducta, tras otro. En una historieta de 16 páginas hay usualmente tres o cuatro nu dos de acción. En ellos las fuerzas en choque se enfrentan más directamente. En cada uno de estos conflictos uno de los secto res vence. Uno de los dos valores predomina sobre el otro. No sólo el conflicto entretiene. El suspenso, esa sucesión de pel daños unos tras otros, prepara el clima conflictivo. Suele lie gar el conflicto, desatado en una página: 6 a 8 cuadros. En seguida, la historieta debe ofrecer otro centro de interés. En este momento, lo importante como mecanismo de atracción, es la sorpresa. Sorpresa ante el resultado del conflicto, sorpresa ante el nuevo curso que toman las acciones. La sorpresa se une con el suspenso y prepara así el terreno para el siguiente con­ flicto. La visión que de este modo surge de la historieta, es de un simple juego de acciones, nunca un conflicto colectivo. El implicado siempre es un individuo, nunca un sector social ni el sistema en su totalidad. El conflicto hace interesante la historieta. De tres conflictos en un episodio, las fuerzas del bien, el héroe, puede perder uno o más de ellos, si ello da más suspenso y permite que la victoria final del héroe sea más fuer teniente impresa en la mente del lector. Los superhéroes pueden perder batallas pero no la guerra. No tienen derrotas estraté­ gicas .

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