La industria cinematografica chilena : desafios y realidades
una dificultad enorme en colocarlos en América Latina. Sin embargo, en este nuevo tipo de apertura que está teniendo la TV en los canales de cable, en los canales de paga, hay un merca do que está progresando. No crean que es una cosa a 50 años plazo; esto es algo que se va a pro ducir en los próximos cinco años. Aquí van a tener que abrir las compuertas y permitir todos los sistemas que la tecnología da. El día de mañana la TV va a ser como dar vuelta al dial en la radio, en que van a haber cincuenta o sesenta canales. Eso necesita programación . y ahí puede haber programación específica para documentales y para todo tipo de programas. Una cosa factible que se podría hacer es organizar co-producciones en América Latina y eso les convendría a todos los canales que ya no tienen capacidad de enfrentar solos la com petencia tremenda en que están, que ya no tienen capacidad para gastar más dinero. Tienen que empezar a juntarse, lo que está ocurriendo ya en muy mínima escala. Aquí está la imaginación y los contactos de cada uno de ustedes para lograr desarrollar esta forma de producción. Con un director como Miguel Littin, un libreto (me voy a los extremos), de Moya Grau, los actores conocidos en Brasil, en Colombia, en México, una producción de un productor pro fesional, no habría inconveniente. Si hay nombres, si hay talento, obviamente que la gente invierte. Ya no se trata de la venta de programas por parte de los distribuidores a los canales, sino que lo importante que allí ocurre es el mercado de las coproducciones. En eso es una ver güenza América Latina, porque toda Europa está co-produciendo. Si nosotros juntamos este universo de cincuenta millones de aparatos de TV y co-producimos, vamos a bajar los costos y a sacar mucho dinero. Los canales pagan el costo de la producción fílmica, o la compran como material envasado, más barato. Este año la mini-serie de más éxito que nosotros liemos distri buido en América Latina fue Cristobál Colón, y va a tener un ingreso bruto de alrededor de 50 a 60 mil dólares por episodio, vale decir, le van a entrar 360 mil dólares por las seis horas de producción que hizo la RAI. Es plata importante. Si a eso ustedes agregan que seria un progra ma nacional en vez de un programa envasado en el país donde se haga, o en los países en que se co-produjere, el precio que pagaría en esos países que entran en la co-producción sería obvia mente mucho más alto, y perfectamente podríamos estar hablando de una mini-serie de precios del orden de 500 a 700 mil dólares. Dentro de América Latina actual, no produciría ningún escándalo; son las cifras que se pueden manejar. Respondiendo al planteamiento de que, si bien es cierto que en todas partes del mundo la TV está ganando mucho espacio, que los cines nunca se han terminado y que incluso en EE.UU. se está haciendo más cines, ampliaría la información aclarando que en el resto del mun do no hay solamente salas pequeñas: hoy en día se están volviendo a construir salas sobre las 1.500 personas. O sea, la TV puede educar a la gente y llevarla de nuevo al cine. La pantalla que el cine de sala le otorga al espectador jamás se la podrá dar la TV. porque ver el cine en colores y en gran tamaño no es posible en video. ACERCA DEL CINE DE SALA Y LAS NUEVAS TECNOLOGIAS EDUARDO TIRONI. Presidente de la Asociación de Productores de Cine, Gerente General de Filmocentro. Yo quería reafirmar el criterio de que definitivamente el cine chileno tiene que partir por una explotación en sala. Es lo único que. de momento por lo menos y en el futuro cercano, puede asegurar una retribución a la industria, al empresario o al productor que realizó esa película. Pero es muy importante destacar las nuevas tecnologías que se abren a la comercialización y a la distribución de una película para llegar a su público. Ya mencionaba Osvaldo Barzelattoel de
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