La industria cinematografica chilena : desafios y realidades

a ser más elitista: salió Bergman, Fellini. Saura, antes no había; nosotros tendríamos que espe­ rar, y por favor no digan que tengo falta de respeto para el conocimiento del realizador chileno. No; es una realidad, nosotros estamos conociendo el público, lo palpamos, tenemos el feeling de conocer el público en la sala que no va a ver películas de e'lite. Como les dije, “ Locademia de Policía” es una peliculita, y en la primera “ Locademia” , la del año pasado, hizo 250.000 es­ pectadores. Ksta otra, “ El Precio de la Felicidad” que llevaba un Oscar, que estaba Duval, que era una película hermosísima, hizo I 0.000 espectadores; por eso no quiero decirles que el reali­ zador chileno se limite porque no puedo, sería absurdo, pero que pensemos en hacer un cine en que podamos, a través de un cine comercial, llegar aun cine especial, que ustedes gocen. Hasta se puede finalizar haciendo lindo cine, pero después de un caminar. No inmediatamente, porque el inmediatamete hacer un cine de élite no nos va a hacer una industria, no vamos a poder, no vamos a alcanzar a ser una industria. Estas cifras que acabamos de ver corresponden a un 60, a un 70% de lo que es Chile entero, porque lo que hemos visto son siempre cines de estreno en Santiago, primera línea, digamos. Ha habido una baja de público sostenida durante diez años en este gremio; en el año 84 noso­ tros estábanos con 12 millones de personas al año y en este momento estamos con 6 millones de personas Se ha ido reduciendo año a año en un nivel bastante visible. Estos son promedios de todos los cines de Chile. SINTESIS DEL DEBATE El Mercado Nacional. Se cuestiona la oposición entre cine de élite y cine de masas, al menos, en el caso del cine chileno que de por sí provoca interés en el público. El ejemplo del “Chacal de Nahueltoro” , rea­ lizado sin concesiones comerciales en el mal sentido de la palabra, demuestra que puede ser atractivo para el consumo masivo, ya que logró en su época una de las más altas taquillas. Un ci­ ne de alta calidad, en el género que sea. concita el apoyo del público y se impone por sí mismo. Acotan los distribuidores-exhibidores que si se hacen buen cine nacional, ellos lo van a defender a brazo partido. Una película chilena standard podría tener un público medio de 50.000 personas, lo que a $ 176 la entrada supone un ingreso de $ 2.500.000 para el productor. Si se hace un cine culturalmente importante, que recoja temas de interés masivo, sería posible aspirar a financiar las producciones y echar a andar la cadena de la industria: 176 mil espectadores (lo que equiva­ le a una película de éxito en nuestro mercado) arroja $ 30.000.000 de recaudación total. En ca­ so de no lograr dicha cifra en el cine de sala es posible suplirlo con los otros circuitos menciona­ dos. Por tanto, algunos ven la situación con algún optimismo. El mercado latinoamericano. La producción mundial de cine es de cuatro mil películas, y sólo el 10% (400) logran co­ mercializarse. De ahí que habiendo tan poca producción en Chile, sólo muy pocas lograrán acce­ der a un mercado iberoamericano. Un distribuidor nacional puede emplear sus contactos para intentar introducirla en ese mercado, pero es la película misma la que se abre su propio camino. Una precondición es que la película haya sido exitosa en su país de origen: se hace conocida a través de revistas especializadas y es solicitada por otros países. Curiosamente, en Latinoamérica hay muy poco interés por el cine de otros países latinoa­ mericanos. A un festival de Cine Argentino hecho en Chile, no asistieron más de tre mil perso­ nas, a un Festival de Cine Venezolano, no fue prácticamente nadie. En esto, hay un desinterés

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