La industria cinematografica chilena : desafios y realidades

liarse un cine industrial, no sería irreconciliable con aquel. En la forma de producción actual de nuestro cine, habría una gran confusión de roles y difusividad de especializaciones que necesitan un despliegue autónomo. las experiencias rela­ tadas muestran que realizadores o directores terminan conviertiéndose en productores: generan un guión, consiguen el financiamiento, llevan la producción adelante, negocian la distribución y la exhibición, etc. El problema de constituir una industria cinematográfica pasa por la existen­ cia de productores que se encarguen de financiar una producción, y empujarla hasta llegar al público. 3. Cine y Video. Se consulta si es posible fjrmar en video, dada la conveniencia económica (40 mil dólares para un largometraje convertido a cine) o si se resiente mucho la definición de la película y su lenguaje (tipo de tomas) teniendo en cuenta que la tecnología del video se perfecciona acele­ radamente. No existe tal “ conflicto” entre cine y televisión: se habla de cine en forma genérica, como lenguaje, sin ser relevante dónde se imprima ese cine, en celuloide o en video-tape. El problema es que la TV está muy atrasada en su pantalla, no reproduce todo lo bien que graba. Aún así pueden haber pantallas de TV gigantes, prácticamente pantallas de cine, lo que está dentro de un proyecto de sala para cine chileno de un grupo de cineastas. I’cro no hay infraestructura dis­ ponible en Chile para exhibir. Por otra parte, cuando la TV llega a exhibir nuestro cine, paga cantidades mínimas, y se agota el mercado para esa película en un día. Es el caso de “Julio Co- mienza en Julio", comprado por Canal 11 en un valor de entre 600 a 1.000 dólares. De aquí la importancia de la cuota de pantalla para la TV. En todo caso, en este momento no se sacaría nada con hacer mediomclrajes. documenta­ les o arguméntales en video para los canales de TV, si éstos los censuran y no los exhiben en sus pantallas. Incluso, cuestionan a las personas que aparecen en los spots publicitarios. Al cierre del Seminario, un grupo de jóvenes planteó su desacuerdo con lo debatido espe­ cialmente en este Primer Panel. Discutieron que se calificara de “ actividad de locos” hacer ci­ ne, y que éste pudiese ser hecho sólo por quienes hoy manejan los medios de producción del cine en el país. Declararon que había un sistema de poder y recursos cenado y exduyente. y que ahí radicaba el real problema del cine chileno. Se les respondió que veían la situación desde un punto de vista estrecho, probablemente por su escasa experiencia en el área

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