La industria cinematografica chilena : desafios y realidades
pésimas películas. A mí el cine industrial no me interesa; por el momento, tomo el cine como un medio de expresión y trato de sacar adelante historias, cosas que tengo ganas de decir, sin dejar de lado todo el aspecto comercial del cine. Empecé a filmar, juntamos a un grupo humano en el cual toda la gente cooperó con lo que podía. Ahí está la cooperación de ciertos organismos chilenos, como pueden ser Abdulah Omivar y Publicine, que dan ciertas facilidades. Existe en realidad en gente como ellos un gran interés por hacer cine, lo que pasa es que no hay ninguna estrategia industrial, organismos de promoción donde la gente pueda llegar con sus proyectos. No contábamos con mucho dinero, así es que preparábamos tres o cuatro días de filma ción y en base a lo que nos iba resultando, íbamos planificando otros días más. Filmamos al rededor de treinta días, y cuando ya teníamos una cantidad de material que encontré suficiente, me acerqué a la compañía de distribución Conate y, en base al copión, ellos decidieron apoyar mi proyecto. En ese sentido, fue un gran salvavidas. Siempre tuve planificado terminar mi película en Francia, porque el mercado chileno es muy limitado, según las cifras que se manejan aquí, hacer una película por más de 40.000 dóla res es una locura para un productor. Entonces, partí a Francia con 130 kgs. de película, con la idea de empezar a moverla allá, de venderla antes de terminarla. Según mi experiencia, es más fácil vender una película donde la gente participa antes que se termine, que cuando la película está terminada y entra a compe tir con otras miles de películas ya terminadas. El riesgo económico era total; yo no tenía ningu na seguridad de nada, y me acerqué a ciertos organismos franceses como el Centro Nacional de Cine y conseguí a través de un productor francés que se hiciera una excepción y se presentara el material a una comisión que me podría ayudar a terminarla. Felizmente, el material gustó y conseguí todo el financiamiento que necesitaba. La película tendrá en Chile una distribución comercial con CONATE, con la cual llegamos a un acuerdo bastante lógico. JORGE LOPEZ. Director de Cine. PRODUCIENDO CON CHILE FILMS Por lo que han ido contando, todos aquí han empezado por obtener las platas para hacer sus películas, ya sea trabajando en publicidad o mediante otras ayudas. En mi caso personal, para la realización de “ El Ultimo Grumete” yo no tenía ni un Cristo; estaba absolutamente desemplea do y no tenía ni con qué pagar el arriendo. Entonces se me ocurrió una alternativa: hacía mucho que yo venía con ganas de hacer un cuento que me impresionaba desde chico, “ El Ultimo Grumete de la Baquedano” de Francisco Coloane Una vez, en Estados Unidos, me tocó ver pasar el buque La Esmeralda bajo el puente Golden Gate de San Francisco y ahí se me ocurrió que si alguna vez tuviera la oportunidad de hacerlo película, me sería bastante difícil ar mar una réplica del buque Escuela Baquedano, pero bien podría usar La Esmeralda en su reemplazo. De ahí en adelante mi principal preocupación fue conseguir los permisos para filmar en ella, y una vez que los tuviera, podría buscar a alguien que financiara esa locura. Y así fue. Partí golpeando las puertas una a una, hasta que pidiéndole la autorización a un Comandan te, llegué a un Almirante con la insólita petición para filmar ocho personas a bordo de La Esme ralda. El oficial me miró con bastante sorpresa y me preguntó si iba alguna mujer como parte del equipo. A mí no se me había ocurrido si podían ir o no mujeres, pero rápidamente le dije que no, y el Almirante me dió el consentimiento. Una vez con eso conseguido, que era probablemente el paso más importante, me acerqué a
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=