Antología de Andrés Bello
Tampoco encontramos, a decir verdad, una exactitud com- pleta en la exposicicin del fen6meno hist6rico sobre que se fija la atencidn del seiior Lastarria a1 principiar su capitulo 3?: no creemos que la historia de la legislaci6n universal “nos muestre patentemente que las leyes adoptadas por las sociedades huma- nas hayan sido siempre inspiradas por sus respectivas costum- bres, hayan sido una expresibn, una f6rmula verdadera de 10s h6bitos y sentimientos de 10s pueblos”; ni que en 10s paises colonizados se encuentre la imica excepci6n a este fenbmeno, y m6s a las claras en las colonias espaiiolas de AmCrica. Creemos que entre las leyes y las costumbres ha habido y habra siempre una accidn reciproca; que las costumbres influyen en las leyes y las leyes en las costumbres. iC6mo pudieran explicarse de otro modo todas las influencias de unos pueblos en otros? La con- quista, las leyes impuestas por 10s vencedores a 10s vencidos, jno han sido muchas veces ya un medio de civilizacibn, ya una causa de retroceso y barbarie? Las leyes deben dirigirse preci- sameiite a la satisfacci6n de las necesidades, de 10s instintos locales, siempre que el legislador 10s ha sentido en si mismo dcsde la cuna; aun cuando fuese capaz de dominarlos, tendr5 que acomodar a ellos las disposiciones que promulgue para ha- cerIas aceptables y eficaces. Per0 fuerzas extraiias modifican frecuentemente las costumbres y tras Cstas las leyes, o bien al- teran !as leyes y en consecuencia las costumbres. Las ideas de un pueblo se incorporan con las ideas de otro pueblo; y per- diendo unas y otras su pureza, lo que era a1 principio un agre- gado de partes discordantes, llega a ser poco a poco un todo homogCneo, que se parecerB bajo diversos aspectos a sus di- versos origenes, y bajo ciertos puntos de vista presentarA tam- biCn formas nuevas. Del choque de ideas diversas nacer5 una resultante que se acercarg m8s o menos a una de las fuerzas motrices en raz6n de la intensidad con que Cstas obren, y de las circunstancias que respectivamente las favorezcan. Es cierto que las leyes modificando las costumbres y asimilhdolas a si son a la larga su expresion y su fbrmula; per0 esa f6rmula pre- cede entonces a la asimilaci6n en vez de ser producida por ella. Cuando se mezclan dos razas, la idea de la raza trasmigran- te prevalecers sobre la de la raza nativa, s e d n sea su n6mero comparativo, su vigor moral, y lo m5s o menos adelantado de su civilizaci6n. Los b6rbaros del Norte dieron un nuevo templo a 10s degradados habitantes de las provincias romanas, y reci- bieron en cambio mucha parte de las formas sociales de Roma; a la religion, la lengua y las leyes de ella cedieron poco a poco las de aquellos altaneros y feroces conquistadores. Per0 puede suceder tambiCn que la discordancia entre 10s elementos que se acercan sea tal, que una invencible repulsih no les permita 84
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=