Antología de Andrés Bello

Lo mismo del Decano de Teologia, que es a1 mismo tiempo Director de la Academia de ciencias sagradas. Hay miis todavia: el Decano de Ciencias Fisicas y Matem8- ticas es a1 mismo tiempo conservador del Museo. Como conser- vador del Museo, le incumbe el conocimiento, el estudio, la cla- sificacion de todos 10s objetos de la historia natural. Este es un destino que no puede servirse sin una posesion completa de 10s varios ramos cientificos comprendidos en la historia de la naturaleza; que no puede servirse sin un trabajo continuo, y sin una grave responsabilidad. Un sueldo anual de dos mil pesos no seria mucho para un conservador de Museo. Pues bien, el conservador del Museo es al mismo tiempo Decano de la Facultad de Ciencias Fisicas y hlatematicas, y no recibe, como conservador del Museo y como Decano, mas que mil pesos a1 afio. i Y puede abrigarse la idea de rebajar todavia una asignacion tan mezquina? Tengase presente que todos estos destinos incluidos en la asignacion universitaria no son universitarios, sin0 porque la ley ha querido refundirlos en la universidad. Sin ella habria forzo. samente la Superintendencia general de estudios ordenada por la Constitucion; habria Academia de pr8ctica forense y de cien- cias sagradas, y seria necesario dar a sus directores una remu- neracion competente; habria, en fin, Museo, y valdria m8s que no lo hubiese, si no hubiese de encomendarse su custodia y arre- glo a manos competentes, como sucederia si no se retribuyese de algun modo este servicio. La Facultad de Filosofia y Humanidades es la h i c a que podria parecer a algunos un objeto de lujo. Yo no la creeria tal, aunque so10 se ocupara en las materias andogas a su titulo. Pero ella esta encargada por la ley de un objeto eminentemente necesario y eminentemente laborioso; la ensefianza primaria. A ella toca especialmente promoverla, inspeccionarla, formar su estadistica. Basta lo dicho para que la honorable C8mara juz- gue si puede hacerse rebaja alguna en la dotacion de la univer- sidad, cuando se deja a las d emk corporaciones del estado dis- frutar de la totalidad de las suyas. Si hubiese motivo de temer un deficit en nuesira hacienda, lo que dictaria en tal cas0 la justicia seria distribuirlo equitntivamente entre todos 10s parti- cipes de las rentas publicas; y la universidad no seria la que se sometiese con menos gusto a 10s icdkxciones que le cuyiesen.

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