Antología de Andrés Bello
necesario probar que Csta debiera ser una parte integrante de la educacion general, indispensable para toda profesion, y aun para todo hombre que quiera ocupar en la sociedad un lugar superior a1 infimo. A la facultad de leyes y ciencias politicas se abre un campo el mas vasto, el mas susceptible de aplicaciones utiles. Lo ha- beis oido: la utilidad practica, los resultados positivos, las me- joras sociales, es lo que principalmente espera de la universidad el gobierno; es lo que principalmente debe recomendar sus tra- bajos a la patria. Herederos de la legislacion del pueblo rey, tenemos que purgarla de las manchas que contrajo bajo el in- flujo malkfico del despotismo; tenemos que despojar las incohe- rencias que deslustran una obra a que han contribuido tantos siglos, tantos intereses alternativamente dominantes, tantas ins- piraciones contradictorias. Tenemos que acomodarla, que resti- tuirla a las instituciones republicanas. LY quC objeto m8s im- portante o mas grandioso, que la formacion, el perfeccionamien- to de nuestras leges organicas, la recta y pronta administracidn de justicia, la seguridad de nuestros derechos, la fe de las tran- sacciones comerciales, la paz del hogar dombtico? La universi- dad, me atrevo a decirlo, no acogera la preocupacion que con- dena como inutil o pernicioso el estudio de las leyes romanas; creo, por el contrario, que le dara un nuevo estimulo y lo asen- tara sobre bases mas amplias. La universidad vera probable- mente en ese estudio el mejor aprendizaje de la 16gica juridica y forense. Oigamos sobre este punto el testimonio de un hom- bre a quien seguramente no se tachara de parcial a doctrinas antiguas; a un hombre que en el entusiasmo de la emancipacion popular y de la nivelacion democratica ha tocado tal vez el ex- tremo. “La ciencia estampa en el derecho su sello; su 16gica sienta 10s principios, formula 10s axiomas, deduce las consecuen- cias y saca de la idea de lo justo, reflejandola, inagotables desen volvimientos. Bajo este punto de vista, el derecho roman0 no reconoce igual: se pueden disputar algunos de sus principios; per0 su mktodo, su 16gica, su sistema cientifico, lo han hecho y lo mantienen superior a todas las otras legislaciones; sus tex- tos son la obra maestra del estilo juridico; su mCtodo es el de la geometria aplicado en todo su rigor a1 pensamiento moral”. Asi se explica L’Herminier, y ya antes Leibniz habia dicho: “In jurisprudentia regnant (romanid). Dixi saepius post scripta geo- metrarum nihil extare quod vi ac subtilitate cum romanorum jurisconsultorurn scriptis comparari possit: tamtum nervi inest; tamtum profunditatis”. La universidad estudiara tambikn las especialirlades de la sociedad chilena bajo el punto de vista econ6mic0, que no pre- senta problemas menos vastos, ni de menos arriesgad? resolu-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=