Antología de Andrés Bello

progresivamelite sobre 10s espacios intermedios, penetre 2i fin las capas estremas. La gencralizaci6n de la. ci1sefian;:a recruiere de gran n6mero de maestrcs compctentemenle instruidos; y las aptiiudes de Cstos sus 6ltimos disiribnidores, son, ellas mlsmas, emanaciones mhs o menos distantcs de 10s grandes depbsitos cientiiicos y literarios. Los buenos maestros, ios bueiios libros, 10s buenos mkto$.os, la buena direcciOn de la cnsciiznza, son ne- cesariamente la obra de una ciiltw-a intelectuai muy adelantada. La instrucci6n literaria y cientifica es la fuente de donde la instrucci6n elemental se nutre y vivifica; a la manera que en una sociedad bien organizada la riqueza de la clase rnhs fmo- recida de la fortuna es el manantial de dondc se deriva la sub- sisteacia dc las clases trabajadoras, el bienestar del pueblo. Pero la ley, ai plantear de nuevo la universidad, no ha que- rid0 fiarse solamente de esa tendencia natural de la ilustracion a difundirse, ya cpe Ia imprenta da en nuestros riias una fuerza y una movilidad no conocidas antes; ella ha unido intimamente las ~ G S especies de enseiianza; ella ha dado a una de las sec- ciones del cuerpo universitario el encargo especial de velar so- bre !a instruccion primaria, de observar sa marcha, de facilitar su propagaci6n, de contribuir a SLIS progresos. E! fomento, sobre todo, de la instruccion religiosa y rnoral del pueblo es un deber que cada miembro de la universidad se impone por el hecho de ser recibido en su seno. La ley que ha restablecido la antigua universidad sobre riue- vas bases, acomodadas a! estado presente de la civilizaci6n y a las necesidades de Chile, apunta ya 10s grandes objetos a que debe dedicarse este cuerpo. El sefior ministro vicepatrono ha manifestado tambikn las miras que presidieron a la refundacion de la universidad, 10s fines que en ella se propone el legislador, y las esperanzas que es llarnada a Ilenar; y ha desenvuelto de tal manera estas ideas, que, siguikndole en ellas, apmas me se. ria pasible hacer otra cosa que un ocioso comestario a su dis- curso. Afiadirk con todo algunzs breves observaciones que me pnrecen tener su importancia. El fomento dc las ciencias eclesi&siicas,destinado a formar dignos niinistros del culto, y en ultimo resultado a proveer a 10s pueblos de la republica de la competente educacion religiosa y moral, es el prirnero de estos objetos y el de inayor trascen- dencia. Pei-o hay otro aspecto bajo e! cual debemos mirar la consagracion de la universidad a la causa de la moral y de la religion. Si importa el cultivo de las ciencias eclesihsticas pa- ra el desernpefio del rninisterio sacerdotal, tambiCn importa ge- neralizar entre la juventud estudiosa, entre toda la juventud que Participa de la educacion literaria y cientifica, conocimientos adecuados del dogma y de 10s anales de la fe cristiana. No creo 35

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