Antología de Andrés Bello

Ve, hija mia, a rezar por mi, a1 cielo pocas palabras dirigir te baste: "Piedad Seiior, a1 hombre que criaste; eres Grandeza; eres Bondad; iperdbn! y. Dios te oir5; que cual del ara santa sube el hum0 a la clipula eminente, sube del pecho cindido, inocente, a1 trono del Eterno la oracibn. del sol, la planta; el cervatillo atado, a la libre montaiia; el desterrado, a1 car0 suelo que le vi0 nacer; y la abejilla en el frondoso valle, de 10s nuevos tornillos a1 aroma; ' y la oraci6n en alas de paloma a la morada del Supremo Ser. soy como el fatigado peregrino, que su carga a la orilla del camino deposita y se sienta a respirar; porque de tu plegaria el duke canto alivia el peso a mi existencia amarga, y quita de mis hombros esta carga, que me agobia, de culpa y de pesar. en esta noche de pavor, el vuelo de un ingel compasivo, que del cielo traiga a mis ojos la perdida luz. Y pura finalmente, como el m5rmol que se lava en el templo cada dia, arda en sagrado fuego el alma mia, como arde el incensario ante la Cruz. Todo tiende a su fin: a la luz pura Cuando por mi se eleva a Dios tu ruego, Ruega por mi, y aldnzame que vea, I 1 1 Ruega, hija, por tus hermanos, 10s que .contigo crecieron: y un mismo seiio exprimieron, y un mismo techo abrigb, Ni por 10s que te amen sb10 el favor del cielo implores: por justos y pecadores, Cristo en la Cruz expirb.

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