Antología de Andrés Bello
nacen del contacto del mundo 10s derechos de la paz y de la guerra, de beligerantes y neutrales, de refugio y de asilo, de la navegacion mediterranea por 10s grandes rios que atraviesan o limitan diferentes estados? i No pertenece directamente a1 con- tacto del mundo la policia de fronteras? Los derechos de pro- piedad y c’e familia que el ciudadano de un estado puede tcner en el territorio de otro, ino son cosas en que se encuentran a menudo, no solo en contacto, sino en conflicto, las legislaciones de 10s varios estados, y que pueden ser y son a menudo tur- bados por ese mismo contacto y conflicto? Indudableinente pue- de Chile, como cada uno de 10s otros estados, arreglar algunos de esos puntos (no todos) por sus propias leyes, y por eso 10s habra considerado el articulista como materia de legislacion do- mestica. Per0 no basta que lo pueda hacer Chile en su casa; Chile desea que las reglas que 61 aplica a 10s ciudadanos de otras naciones en su territorio, se apliquen a 10s ciudadanos chilenos en el territorio de esas otras naciones, o que, si sus reglas no son bastantc justas y liberales, se fijen otras, para que haya entre todos una reciprocidad fraternal; objeto a que no alcanza la legislacion civil, y que debe precisamente arre- glarse por pactos internacionales. Cada estado puede, absoluta- mente hablando, establecer la policia de fronteras que mejor le parezca; per0 La cuintas disputas, a cuantas quejas, no pue- den dar motivo, y con justo motivo, las reglas que se establez- can? CY como precaverias, sin0 entendidndose unas con otras las naciones para fijarlas de acuerdo? Tan cierto es que Csos que parecen a1 corresponsal de “El Progreso” objetcs de !egis- laci6n civil, perteneceii a1 misno tiempo a las relaciones inter- nacionales, o seg6n su propia expresion, a1 contacto del miindo, que apenas habr j alguiio de ellos a que no se d6 lugar en el dia, a m en las obras elcnientales de dereclio de genies. Repctimos que no vernos puntos de una importancia supe- rior a 10s que se designan en la “Memoria” de Relaciones Exte- riores. No alcan7amos quC otras grandes cuestiones pcedan re- sultar del conlacto del mundo. Pedimos que se nos ilustre sobre esta materia. En un club, se podran +,ai vez discutir puntos de una politica m8s elevada y trascendental; y por eso querri el seiior articulista que se considere a la asamblea americana co- mo un club en grande escala. Cuando se nos sefialen algunos de elios, veremos si son tales que puedan discutirse con fruto en un congreso de plenipotenciarios. Ademas, ide donde colige el corresponsal de “El Progreso” que se trata de arreglar 10s puiiios indicados por el ministro, con minuciosidad pueril? iQuC hay en las expresiones del mi- nistro que justifique scmejante concepto? El ministro no hace 20
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