Antología de Andrés Bello

Lo15u'"c C l L I* .,UY"U...".. -. ZLu J-..,-.-"-, esta autoridad patriarcal, que de 10s favores de las hembras, si casualmente se encuentran dos de ellos con dos manadas de p l l os , se disputan la primacia, y el vencedor se las lleva ambas consigo; resultando de aqui el verse algunas veces bajo la tu- tela de un mismo macho individuo de diferentes edades. Desea- riamos que una excepcih tan singular a las leyes de la natu- raleza se cornprobase de un modo irrefragable, y publicaremos gustosos cualesquiera nuevas observaciones relativas a esta ave, hechas por personas inteligentes y dignas de fe. Molina dice haber visto individuos todos negros, y otros entcramente blanco. Quisidramos tambiCn que se confirmase la existencia de estas variedades, si son efectivas. Los naturales del Rio de la Plata separan el cuello entero p parte del pecho del nandu, lo despluman y limpian, suavizan el cuero, y cosidndolo por la extremidad inferior, hacen talegos, que llaman chuspas. Las plumas alares se mandaban a Espafia, donde solian emplearse en plumeros, penachos y adornos de da- mas; las blancas (que se hallan debajo del ala) son las mas estimadas, porque se pueden tefiir y rizar como se quiera. Sus cafiones son larguisimos, y aunque delgados no sirven para es- cribir, per0 tefiidos de encarnado y azul, se cortan en tiras, con que se hacen bellas riendas y latigos. Se exportan asimismo gran cantidad de estas plumas a Chile y P e d , donde se aplican a 10s mismos objetos. 182

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