Antología de Andrés Bello

pusiese un espcjo delante. Las alabanzas de clemencia traergn a la memoria del tirano sus actos de rigor y crueldad; las de fortaleza y valor le recordaran su pusilaminidad y cobardia; en una palabra, cada cualidad sugerira su contraria; porque tal es el efecto natural de las dos leyes primordiales que gobiernan las sugestiones de la memoria. Las cualidades contrarias versan sobre objetos de una misma especie; sus ideas constan, pues, de eiementos comunes que se sugieren mutuamente, y sugieren 10s elementos peciiliares agrupados en ellos iQuC dice el adula. dor a1 despiadado tirano cuando le da el titulo de clemente? Th has perdonado las injurias tu has tendido una mano gene- rosa a1 eneinigo postrado; tu no has querido comprar una ven- ganza facil y tal vez legitima con la orfandad y luto de una fa- milia inocente; ]as lagrimas del arrepentimiento han podido mas contigo que la memoria de las ofensas. Tales son las ideas que la palabra clemencia despierta en el espiritu; tal es su sig- nificado. Per0 en la mente del tirano que oye su panegirico, es- tos grupos de ideas ponen en movimiento otros grupos que. en parte consisten de elementos analogos; enemigos: enemigos des- piadadamente inmolados; ofensas leves castigadas con proscrip- ciones y suplicios; familiares inocentes sepultadas en el dolor y la miseria, por contentar una venganza que se cornplace en las Ifgrimas y la sangre. No nccesitamos, pues, de un vinculo especial de contraste para esplicar el efecto de las alabanzas no merecidas en la con- ciencia de la persona a quien se tributan. Notaremos de paso que no son tan faciles de despertar en la conciencia de 10s po- derosos 10s contrastes de que h+>la Brown, sea cual fuere el lazo de sugestion que 10s produce. Las mhximas que se infunden a 10s principes desde la c um y la embriaguez del poder abso- luto, hacen muchas veces que el lenguaje no excite en ellos las misrnas ideas que se les presentarian necesariamente si pudie- sen ver su conducta con 10s mismos ojos que los demas hom- bres. En un principe empapado en 10s principios del derecho divino de 10s reyes del sacrosanto caracter de la autoridad de que esta revestido, y del grave reato de todas las ofensas re- vestidas contra ella, relato que sus ministros favoritos tienen inter& en abultar, ~ c p 6 efecto haran las alabanzas de clemen- cia y benignidad que le tributan 10s aduladores? Se juzgarfi acreedor a ellas. Las penas atroces impuestas por culpa imagi- naria o l eva le pareceran dictadas por la justitia; si en la fa- milia del infeliz que cay6 en su desgracia ha quedado una gota de sangre por derramar, creera merecer el titulo de benigno y piadoso. El despota embrutecido por la sumisi6n servil de 10s que le rodean, no aplica a sus acciones las mismas reglas de

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