Antología de Andrés Bello
del lenguaje en la escritura ideogr8fica.-Escritura chinesca.- Caracteres ciriol6gicos.-Estructura de las palabras.-Signos fo- n&icos.-La oposici6n contrasta como causa de asociacidn de ideas, segun el Dr. Brown.-Las cualidades contrarias versan sobre objetos de una misma especie.-No hay mas principios de asociaci6n de las ideas que las dos causas de sugesti6n ya enun- ciadas.-Comprobaci6n final. Los recuerdos no nacen en el alma fortuitamente. Las per- cepciones actuales sugieren recuerdos, y unos recuerdos sugieren otros, en virtud de ciertas conexiones que pukden a mi parecer reducirse a dcs: la semejanza de 10s objetos y la simultaneidad o coexistencia de sus percepciones o ideas. Un objeto nos trae a la memoria otros objetos semejantes. Viendo un lago, me ocurre la idea del mar; pensando en un combate, se pasa naturalmente a pensar en otros hechos de armas. Sucede tarnbiCn que si dos o mas percepciones o ideas han estado unidas en nuestra mente, una de ellas nos renueva las otras. El mar, nor ejemplo, me hace pensar en las naves, las navcs, en el comercio; el comercio me sugiere la idea de la Inglaterra, la Tnglaterra me recuerda Nelson; Nelson, la batalla de Trafalgar; la batalla de Trafalgar, a la Espaiia, y asi sucesi- vamente. No hay percepcih, no hay recuerdo ni imaginacih, que no despierte un trope1 de ideas encadenadas, ora por el vinculo de semejanza, ora por el de simultaneidad; per0 entre todas, s610 prestamos atencion a las que mas nos importan por la relaci6n que tienen con nuestras necesidades, nuestras pasio- nes, nuestros estudios, nuestros gustos. El mar, por ejemplo, sugiere mil ideas diversas que se le asemejan, con las cuales ha coexisticio en nuestro espiritu; y de Cstas el fil6sofo se fijarh tal vez en las causas de flujo y reflujo; el hombre religioso y contemplativo en la grandeza de Ias obras del Criador, entre las cuales el mar es una de las mas seitaladas a nuestros ojos; quien recordaria una batalla naval, quien un naufragio; un comercian- te hara memoria de las expediciones que ha despachado a ultra- mar, y una madre pensara en el hijo ausente que atraves6 el ocCano para visitar regiones distantes. La influencia de estas dos causas de asociaci6n se muestra a las claras en todos 10s sistemas de signos y particularmente en el habla. Un obieto B recuerda su semejante A; Cste nos re- cuerda su nombre, cuya idea ha coexistido con la del obieto A en el alma; aplicamos entonces aquel nombre a1 objeto B; su- cede lo mismo con 10s objetos C , D, E, que contemplamos suce- sivamente; y en virtud de Ias semejanzas observadas entre ellos y de las leyes de asociaci6n de la memoria, el nombre del indi- viduo A viene a ser una denominacidn general que 10s compren- de a todos. De este modo se forma la clasificacidn nominal de 146
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