Antología de Andrés Bello
zan de un modo tan intirno con 10s accidentes del lenguaje! No es posible desmenuzar su estructura, sin empezar a sentir el aliento de majestad y grandeza que las vivifica; y reciproca- mente, es en van0 buscar ese espiritu sin0 por entre las formas en que ha querido revelfirsenos. La historia de la literatura su- ministra mil pruebas de esta verdad. El examen cuidadoso de esas menudencias es lo que ha conducido a 10s descubrimientos que han ilustrado recientemente la critica literaria. Por ellas se han encontrado el sentido de infinitos pasajes que antes habian parecido enigmaticos. A ellas se debe la restituci6n de otros in- numerables, desfigurados por la incuria de 10s copistas o por el mal estado de 10s c6dices. AI estudio prolijo de cosas a1 pare- cer de poco mornento, debemos la restauraci6n de Ticito por Lipsio, de Horacio por Bentley, de Virgilio por Heyne; y nadie seguramente se atrevera a negar que estos eminentes fil6sofos calaron el espiritu, a1 mismo tiempo que la letra de 10s antiguos. A todo lo cual se junta el provechoso efecto de este proceder analitico en cuanto acostumbra a1 alurnno a 10s esfuerzos de atenci6n y a la severidad de examen tan necesarios en el cultivo de las artes y ciencias y en la conducta de la vida. La explicaci6n de 10s autores comprende dos puntos, ma- teria y lenguaje; per0 conviene tener presente que el lenguaje e s todavia nuestro objeto principal, y que las otras cosas no son mfis gue medios dirigidos a este fin. Sin esta distincibn, el profesor y el alumno se envolverin en un caos de que no les sera fficil hallar salida. Debe, pues, evitarse toda disgresih que no sea necesaria; y como las explicaciones relativas a la histo- ria, geografia, mitologia y antiguedades ocurren tan frecuente- mente y demandan mucho tiempo y atencibn, exponi6ndolos a perder de vista el principal objeto, @,mejor arbitrio para sal- var este inconveniente seria la separacion de estos rarnos, comu- nicando su conocimiento a1 alurnno en cursos distintos sin en- ti-ar en indagaciones profundas, y suministrindoles s610 las no. ticias suficientes para la inteligencia de las alusiones dificiles. La parte de la literatura en que se ha de iniciar el alumno durante esta segunda 6poca de la enseiianza, se divide en cuatro secciones sucesivas, poCtica, histbrica, ret6rica y filos6fica. Si recordamos c6mo naci6 y se form6 la literatura griega, una de las pocas que han brotado y lozaneado por si mismas a ma- nera de irboles vigorosos, hasta llegar a su completo desarro- 110, percibiremos este mismo progreso. Homero fue seguido de Herodoto; y a Plat6n y Arist6teles sucedi6 la larga serie de ora- dores que termin6 en Demostenes. Es verdad que la literatura latina, no habiendo sido producci6n indigena, sino naturalizada e n el suelo italiano, no se form6 de la misma manera; per0 Csta es siempre la marcha rnis fficil y natural del espiritu humano en el cultivo de las letras. A. Bello 129
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