Antología de Andrés Bello

es el que constituye el principal atractivo de una obra dram& tica. Parircenos tambiCn que el autor se ha sometido a reglas de- masiado severas. No conocemos composici6n alguna en que se observen con mas rigor 10s preceptos de la escuela cl8sica que El Cafe de Moratin; y el seiior Real de Azua no ha sido en esta parte menos escrupuloso que el autor de El Cafe. Luchando con tantas dificultades es admirable el partido que se ha sacado del asunto. El dialog0 es constantemente natural; el estilo correcto; 10s caracteres propios; el desenlace feliz. Acaso pudieran concentrarse algunos diklogos y razonamientos, con Io que se desenvolveria m8s agradablemente la acci6n y seria m8s viva su marcha. Debemos acoger no s610 con gratitud, sino con entusiasmo, 10s primeros ensayos de las Musas dramaticas del Sur, sobre todo cuando vemos Iucir en ellos las prendas que adornan la composici6n del seiior Real de M a y que le han merecido 10s aplausos del publico. Ojal8 que animados por su ejemplo se de- diquen otros ingenios americanos a cultivar este campo fecun- do, en que el mejicano Ruiz de Alarcbn, y Gorostiza, otro meji- cano, siguen de cerca las pisadas de Moratin. 6.5. LA TRADUCCION DE IFIGENIA EN AULIDE DE RACINE Por Salvador Sanfuentes El siguiente ensayo poCtico nos ha parecido digno de la aten. ci6n del publico por el mirrito de muchos pasajes, y sobre todo por la circunstancia de ser producci6n de un joven chileno de diecisiete aiios de edad, que se ha formado enteramente por si mismo en este ram0 dificil de composici6n literaria. A la exac- ciertamente es una cualidad nada comun entre nosotros; un tac- to fino en variar las censuras del metro; expresiones poCticas y sentidas en que el joven alumno de las musas se acerca bas. tante a1 gran modelo que ha tenido a la vista; y en una palabra, todas las seiiales de un instinto poCtico que, cultivado, podrzi desmentir la opini6n desfavorable que se tiene de las disposi- ciones naturales de 10s chilenos para la m8s bella y dificil de las artes. 8.-A. Bello 113 titud de la medida, se juntan la propiedad del lenguaje, que

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