Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819

- 75 - enornie de mate que Isebcn, que reciiiplaza a1 te entre iiosotros y t ie~ic el gusto tfc m a liierba medicinal. TGmase a toda horn del dia, se cliupa con iina bonibilla. de plata de diez a doce pulgaclas de larpo y 110 sc con- s iders a puiito miciitras no csta hir\-iendo. Es siempre la primcra atciici<inqiic se clis- pensa h m a yisita. quercr probarlo, me q~iemi: 10s lahios y In lciigiia, de tal qucrte que 10s tuve siiniamente adolnridos du- rante 110 pocos clias. iilgiiiios de niiestros paisatnos se Tan faniiliari78ndo :-a con 61, aunque a1 principio cuesta 110 pocos gestos, que proctnceii la tliwrsicin tie las senoras que lo s i rwn . Si1 iiso PS gc:ieral c:1 lodo Xud-hm6rica. Con In faniili<\ de c p c Iiablal mos pnsamos graii parte ( ! p 10s (10s d i a s que ayiii pcrnimecimos. F,!i la. casa halla- iiios 1;1i piano, que tocatxm de nmnera aceptabie algiiiiaq (11: las nihas. Hap eii C'onccpcidn sietc iolesi2s, sin P coiitar laCatedra1, cpc auii cstB inconclusa. Son todas grandc.; J- yistosas y p r a un nortc-aiiiericano rcvisteii cierta apariciicis iniponentc. Singuiia t ime lus altaq torres y elcraclas ciipulas que llaniaii dest-lc luego la atencibii a1 aprosimarse ti una d z nues- tras ciudades, pero en ellas todo es niacizo, s6lido y con cierto aire de antigUedad.

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