Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819

- 44 - pLi(1i.e g ni un hombre ni una bestia logra l a cosecha de una naturaleza prhdiga. La isla ciitera alterna entre ccrros 7 cafiaclas, con un suelo rico por igiial y apropiado para cultiyos de 1)riiiierorden. Un pequefio arroyo divide la isla en partes casi iguales, cuyas ribcras h trcchos son elevatlas y pro- fundas, cubiertas con T-aricdad de arboles y arbustos, entre 10s cuales pueden (listin- guirse nnuchos que se cuidaii con esiiicro en 10s conscrmtorios de Estaclos Unitlos. Las cuiiibrcs de 10s cerros se liallaii cu- biei-tas con aloes. S o vinios p” nr ict lad de ayes en ticrra, auiiqiie la miis comiiii so ascmcjaba inuclio ti iina de las nuestras. I)cspu& de wga r por 10s cerros durante dos 6 tres horns, rcgresamos ti la playa, sin que nos ocurricsc iiingiina amntura ni encoiitrtiranios h scr alguno viviente, i no ser 10s pajaros. Cerca de las chozas lialla- mos lo que snpusinios liabria sido huerta. de la tripulacioii de algun buque que liu- bicra iinvernado alli y senibrados e11 ella alguiias pocas lxttatas, niuclios iiabos y vercluras de toda especie, con las cuales car- gamos nucstro bote. A la una rcgresamos B bordo, l iabihdonos cerciorado que alli no podrianios obtener 10s viveres ni veri- iicar las reparaciones que necesitsibamos.

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