Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819

- 41 - por la ciilrada nias nicridioiial de la baliia, y las ci1ati-o tlc la tarde foiideabanios en ciiico brazas de agm. Tlabia tin fuertc oleaje en la bahia, t1el)ido !a tornieiita ync aca- balxi de pasar, pcro, ];or lo deniris, una apariciicia coiiipleta de seguridad y traii- quilitlati. Coni0 esta era la priniera que eclikl-milos el aiicla desde qiic liabiamos salirlo, nos sentianios cii T-erdad no poco con€ortadoscon el prospecto tlc una noclie de conipleto rcposo. AGOSTO 23. A I levantarnos por la iiiaiiana, cl paisajc que sc ofrecia B iiuestra vista era uiio de 10s m h s encantadorcs que jnintis liuhiera p re senciado. Sue st 1-0 bare o t raiiqiii lain en te a1 aricla en ~ i i a esteiisa y lierniosa bahia, el mar en calnia, el ciclo sin nulres, y auii- que en niitad del invierno, la teniperatura suare y propicia, conio entre nosotros a fines de Jlayo. En la isla, do cuga parte rn&s ccrcana disttibanios cosa de (10s millas, clivisiibanios una espl6ndida vegctaci0n y 1111 paisaje herniosisirno. Los cerros que se dirisaban a lo lejos de la costa de Chile, clevandose a considcrahle altura, sc halla- ban cubiertos de vegetacibn y prescntaban el aspect0 de un pais rico y €hrtil.

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